Reportaje fotográfico: Chema Pombo
Sutileza no es sinónimo de fragilidad. Tendemos a guiarnos por lo que nos transmite el físico de las personas, lo cual como bien sabemos, es un gran error. África Gozalbes es de aspecto delicado, una cierta dulzura adorna su mirada, y se mueve con la ligereza de las pequeñas hadas que se esconden en nuestros bosques. Sin embargo es una mujer fuerte, segura de lo que quiere y con las ideas claras para alcanzarlo. África, en este caso, es sinónimo de energía y frescura.
Los inicios de África Gozalbes
África, ¿cuándo descubriste que la interpretación era tu camino?
El momento decisivo para mí fue cuando acabé BUP, en ese momento tuve que pensar en aquello a lo que me quería dedicar. Me parecía interesante el periodismo, por aquello de la comunicación con la gente y la investigación. Entonces, una amiga que tenía en el recién inaugurado Instituto de Teatro de Sevilla me dijo que por qué no hacía teatro. Me llevó allí, y al conocerlo tuve mi primer enganche con este mundo.
¿En seguida sentiste que te encontrabas en tu lugar?
Sí, la época de estudiante fue una de las mejores de mi vida, donde se me abrió un horizonte inmenso en el que investigar, jugar y disfrutar entre las tablas de un escenario. Insuflar vida a los textos que te daban para trabajar es algo hermosísimo. La etapa de estudiante es un proceso bello. Cuando eres ya profesional, tienes otros baremos a los que agarrarte, o de los que dependes. En cambio, como estudiante tu espíritu se siente más libre y puedes bailar, probar…
¿En ningún momento tuviste vértigo por haber tomado la decisión de ser actriz?
No, nunca. Cuando decides dedicarte a esto, es porque te estás sintiendo a gusto desde el momento en el que estás dentro.

Nervios ante un estreno
¿Según van pasando los años se van perdiendo los nervios antes de estrenar una obra?
La profesión, y el paso de los años, me ha dado más seguridad. Sí es cierto, que existe una responsabilidad que te lleva a querer dar la imagen de ti misma que se supone que los demás esperan. En el teatro tenemos la maravilla de los ensayos, un proceso hermoso y creativo, que te ayuda a conocer mejor a tus compañeros. En el que puedes experimentar con una dirección inteligente y ágil.
Como ha sido el caso en “El florido Pensil (Niñas)”, dirigida por Fernando Bernués y Mireia Gabilondo. Tenía la seguridad de que iba a contar bien esa historia para la que me había preparado, por eso, miedo ante el estreno no sentí. Puede que se me acelerase más el corazón, pero nada más. Llevo muchos años en la profesión, y me lo tomo como una suerte y un juego que te llena de belleza interior que después transmites.
Una frase romántica
Óscar Reyes me dijo que el teatro era como la mar, porque todo lo que no le pertenece lo echa fuera ¿estás de acuerdo?
Desde un punto de vista idílico, estoy de acuerdo con la frase. Me parece una visión muy romántica, pero después la realidad es otra. Hay gente subida a un escenario sin haber tenido una formación, y otros hacen teatro porque se han hecho famosos en una serie de televisión. No vienen de un mundo donde hayan tenido que investigar, o de una fase de desarrollo didáctico.
Pero no duran tanto sobre el escenario como los que sí tienen esa formación…
Duran lo que quieren los empresarios que duren. También hay gente que termina aprendiendo en las tablas y me parece muy bien. No soy excluyente. La frase de Óscar Reyes me parece un concepto poético y hermoso…me encantaría que fuese así.
África Gozalbes, su completa formación como actriz
África, ¿no crees que algunos actores jóvenes están perdiendo el arte de hablar con los gestos o su cuerpo? Hay artistas que comunican tanto con solo una mirada…
Es lo que te comentaba antes, cuestión de formación. Cuando estudiaba, hice pantomima, música, acrobacia… tuve una serie de asignaturas que no solo se reducían a la interpretación textual. Eran materias que te ayudaban a tener un concepto global de la formación del actor.
Dime una cosa ¿crees que el teatro realizáis un trabajo más personal, más vuestro?
Sí. Primero por el proceso creativo que conlleva, el cual te ayuda a investigar y a tener una línea de trabajo. Después, cuando se levanta el telón, siguiendo unas premisas determinadas y respetando el trabajo de los compañeros, puedes continuar profundizando sobre ti como actriz y sobre tu personaje. De esta manera, el personaje va creciendo, algo que el público va a notar según pasa el tiempo y las funciones.

La belleza del teatro
La magia del teatro es que no hay dos funciones iguales…
Ninguna es igual, esto me recuerda una anécdota muy divertida en una función de “El Florido Pensil”. Al principio de la obra nos sentamos todas en nuestros pupitres. En una ocasión mi asiento estaba más elevado, y en el momento en el que me puse a hablar con el público se fue bajando, con lo cual yo cada vez estaba más pequeñita. Era una situación ridícula, pero fue hermoso como el personaje de una de mis compañeras se acercó a ayudarme, y digo personaje, porque fue más la niña de la obra que la actriz la que lo hizo. Algo muy hermoso.
África, ¿realizáis algún tipo de entrenamiento para evitar perder los nervios en momentos así?
La concentración en tu personaje y en lo que estás haciendo, es lo que te ayuda a controlar las riendas de tu camino.
Sinergia entre público y artistas
Cuéntame, ¿la energía que nace en el teatro entre público y artista es real o mito?
Absolutamente real. Además, en una comedia la sinergia es inmediata, directa y fluye. La risa del público es una señal inequívoca. Aquí no hay cuarta pared. Los momentos en los que el público se parte de risa, hay que respetarlos para que sean felices, porque si no los frustramos.
En “El Florido Pensil”, además de la niña Vicky Galván, hago de una profesora de gimnasia muy dura. De hecho, para este papel tenía en mente basarme un poco en la nazi de los campos de exterminio Irma Grese. Mi personaje era una profesora tan terrible y sadomasoquista, que cuando entraba en escena se cortaban las risas, algo duro en una comedia. Era desestabilizante para mí, porque yo tenía que gustar. No podía ser que el público sintiera rechazo. Entonces lo hablé para suavizar el personaje, y darle más comedia a pesar de lo terrible que es. Ahora hemos conseguido esa conexión entre público y personaje, a pesar de su rudeza.
Un personaje entrañable
¿Has seguido algún tipo de ritual o protocolo para meterte en la piel de la niña Vicky Galván?
Mira, ha sido un proceso bastante fácil porque todos los que nos dedicamos a esto tenemos esa parte lúcida, de no perder tu inocencia y aquella niña que fuiste. Vicky Galván a mí me ha parecido un personaje muy divertido. A nivel académico está por debajo de sus compañeras, porque viene de un mundo rural donde sus conocimientos están más apegados a la tierra y son menos intelectuales. Cuando viene aquí, tiene que entender un mundo que le resulta más difícil que a las demás. Me interesa mucho esa capacidad de superación de mi personaje para estar a la altura de sus compañeras, a las que admira. Esto ha sido enriquecedor para mí. Nosotras somos cinco flores, y yo he elegido la flor silvestre.

Víctimas de la educación franquista
¿Al finalizar la obra se os acercan señoras de cierta edad para contaros cómo fue su educación durante el franquismo?
Sí, muchísimo. Recuerdo a una mujer que vino con su nieta de 16 años, la cual no podía creer que aquello hubiese sucedido de verdad. La abuela le contó que incluso lo suyo había sido mucho peor. Me pareció fantástico, esta obra puede ayudar a unir y crear debates dentro de las propias familias.
África, ¿se puede tratar cualquier tema con humor cuando se hace bien?
Sin lugar a dudas, tú misma te has respondido. Con esta función hemos podido contar situaciones terribles y crueles a través del humor.
Para finalizar, ¿tienes algún proyecto más a la vista?
Hay a la vista un corto dramático sobre el maltrato físico, que me ha ofrecido un compañero. Por lo demás, en este momento estoy viviendo esta realidad, que es la que quiero, disfruto y comparto con mi familia.
Millones de gracias
En el Teatro Marquina podéis disfrutar de una de las mejores obras de la cartelera madrileña, “El Florido Pensil (Niñas)”, protagonizada por África Gozalbes, Nuria González, Mariola Fuentes, Chiqui Fernández y Esperanza Elipe. Actrices de primera línea. Tuve la suerte de hacer la entrevista sobre el escenario (gracias a Alberto Closas y Ángel Galán por tratarnos tan bien). La ambientación es de lujo, pienso que no podemos dejar pasar la oportunidad de disfrutar de un trabajo hecho con tanto esfuerzo, profesionalidad y cariño.
Nos despedimos de África con una gran sonrisa. Se fue con su patinete calle abajo, y mientras la observaba no sabía si estaba viendo a la Gozalbes o a Vicky Galván. Gracias por todo, nos vemos en los escenarios.

La había perdido la pista, pero guardo un dulce recuerdo de su papel en Farmacia de guardia, Queen. Que maja.. Y con ese elenco de actrices, hay que ver la obra ya!! Buena entrevista 🙂