Fotografías:R.G.
Cita en Malasaña con Cristóbal Suárez
Entre las castizas calles de Malasaña, apareció la esbelta, larga y majestuosa figura de Cristóbal Suárez. Un actor elegante, de voz dulce y mirada melancólica, que se hizo aún más conocido en España, cuando interpretó al abogado Mario Ayala en “Amar en tiempos revueltos”. Nos sentamos en un lugar tranquilo, su tono es sosegado, te lo transmite y lo agradeces.
Cristóbal, ¿qué o quién tocó la tecla adecuada, para que decidieses dedicarte al mundo de la interpretación?
Recuerdo una vez que mi padre me llevó al teatro, no había casi público, aquello me produjo una mezcla de fascinación y tristeza. Admiré profundamente que trabajaran con tanto entusiasmo, para tan poca gente. Creo que de ahí vienen mis ganas de dedicarme a este mundo, y de mi madre también vienen. Ella era muy alegre, abierta, y le encantaba disfrutar de las cosas.
¿Fue una decisión complicada? ¿Te dio miedo?
Sí, dedicarse a esto era algo completamente fuera de todo y lugar, al no existir nadie de mi familia que trabajara en ello. Entiendo que, a mis padres, les diera miedo al ser algo inestable. Sin embargo nunca intentaron persuadirme, ni nunca pensé en un plan B.
«No puedo olvidar el pánico que sentí»
Te estrenaste con “La vida que te di” de Pirandello ¿cómo fue la experiencia?
Me acuerdo perfectamente, fue en un teatro de Lorca. No puedo olvidar el pánico que sentí, el corazón a mil por hora…
¿Los nervios no se pasan nunca?
No, la responsabilidad cada vez es mayor. Le he preguntado, alguna vez, a actores más veteranos que yo, si los nervios se pasan con el tiempo. Todos me han dicho que van a más.
Cristóbal, cuando sales a escena, ¿qué cambia dentro de ti? ¿Se produce algún tipo de metamorfosis?
Eso sería lo ideal, estar poseído por el personaje. Yo lo he conseguido pocas veces.
¿Y cómo se consigue que te posea?
Paradójicamente, consiste en estar muy tranquilo y no forzar. Dejar el canal abierto, no es nada fácil. Cuando lo consigues, sientes que vuelas, se para el tiempo y parece que eres eterno. Te sientes poderoso, es algo que consigues a base de fracasar muchas veces en el intento.
Cristóbal Suárez desea llevar el teatro a los colegios
Cuéntanos, además de interpretar… ¿te interesa escribir y dirigir teatro?
Sí, mucho. De hecho he montado una productora, junto a mi mujer Verónica Pérez. Queremos llevar el teatro a los colegios, hacerlo de un modo muy cercano, llegar si podemos hasta las aulas. Creo que cuando vives una buena experiencia teatral, pocas cosas son tan enriquecedoras y potentes, deseamos que los chicos la vivan.
Les encantará, creo que hoy en día hay más necesidad de de espectáculos en directo y de sentir al actor más cerca ¿no te parece?
Sí, parecía que las nuevas tecnologías iban a mermar esas ganas, pero no ha sido así. Hace un tiempo, cuando vinieron obras protagonizadas por argentinos, llegaban con una naturalidad y verdad, que fue una revolución. Trajeron una manera diferente de ver el teatro. Además, el público está más sensible.
¿Qué opinas del movimiento Off y del microteatro?
Mira, “La función por hacer” (adaptación libre de “Seis personajes en busca de autor”, de Pirandello), dirigida por Miguel del Arco, se hizo en el Off del Lara y tuvo un éxito enorme, era muy potente. El Off es un concepto interesante, un teatro humilde y cercano. Pero el microteatro no me gusta, eso es otra cosa. Los actores realizan cuatro funciones, al final hacen hora y media, el espacio tan pequeño…me suena más a comida rápida. Más que nada es una estrategia empresarial, lo cual es lícito.
«Ahora se están haciendo series de más calidad»
Hablemos de otro tema Cristóbal, tú hiciste capítulos de “Al salir de clase”, ¿no piensas que faltan más series así para dar más oportunidades a los jóvenes?
Puede, pero ahora se están haciendo series de más calidad, para un público de 30 para arriba, igual en este momento, un producto como “Al salir de clase” no tendrían sentido.
Dime, trabajar en televisión, con ese ritmo endiablado… ¿afecta emocionalmente?
La verdad es que a mí, últimamente, el teatro me está afectando más. El hecho de repetir y de que sea algo fresco, resulta duro. Es todo un reto. En la televisión, se hacen dos o tres tomas y se acabó. Me relaja más trabajar así.
Cuéntanos tus proyectos, Cristóbal.
El que más me ilusiona es el de la productora que te he comentado antes, “Ventrículo veloz”, es el más mío. Vamos a llevar a los institutos una obra del autor José Padilla, la cual trata sobre el acoso escolar. Queremos que los chicos vivan una experiencia teatral y que saquen sus propias conclusiones. De hecho, también impartiremos talleres para los profesores, para ayudarles a que sepan cómo encauzar la conversación, sobre la obra, con sus alumnos.
Tenemos pensado empezar en septiembre. Por otro lado, sigo en la compañía Kamikaze, que estoy para lo que quieran. Seguimos de gira con Hamlet. Con “La función por hacer” estuvimos en Francia, y es probable que Kamikaze se quede con el Teatro Pavón. Lo programarán con algunas de sus obras, además es posible que renueve con “Seis hermanas”.
«La pianista», una de las elegidas por Cristóbal Suárez
Cristóbal, comparte con nosotros cuál es tu película favorita de la historia del cine.
Es muy complicado elegir una, pero te voy a decir “La pianista” (2001, Haneke). Cualquier película de Haneke me entusiasma. Me impactó mucho, es una profesora de piano, educada en la belleza, pero que no ha vivido. Esta película es una durísima experiencia. También me gusta mucho “Pozos de ambición” (2007, Paul Thomas Anderson).
Elígeme una secuencia de cualquiera de las dos.
Te voy a decir una de “Pozos de ambición”. Me quedo con la secuencia final, es absolutamente impactante.
Sin duda versión original, a veces las tengo que ver dobladas por mis hijas, he de decir que valoro mucho el trabajo del doblador español.
¿Las palomitas en el cine te resultan un incordio?
Para nada, ¡me encantan! De hecho me las acabo en seguida, y después estoy como si me faltara algo. También depende del cine y de la película.
Nos despedimos de Cristóbal Suárez, con la promesa de estar en contacto, para seguir de cerca su proyecto con la productora “Ventrículo veloz”. Es emocionante que se piense en llevar el teatro a los más jóvenes, representando temas que les preocupan. ¡Les auguro un gran éxito!
Curioso… muy curioso. No he visto nada de él, pero veo que me tengo que poner las pilas.
Gracias por descubrirmelo