David Cuevas: «También hay cierto servilismo en este género periodístico, bien para conseguir más audiencia o para caer mejor a los popes del misterio»

Aunque parezca increíble, cada vez cuesta más encontrar honestidad dentro del mundo del periodismo. Son más importantes las estrategias empresariales para conseguir determinados objetivos que realizar reportajes e investigaciones íntegras e imparciales. David Cuevas va camino de convertirse en una rara avis del oficio.

Como diría el periodista deportivo José María García, David es un periodista de raza. Ama su profesión, y por tanto, la honra todo lo que puede. Las investigaciones que ha emitido en su podcast Dimensión Límite son extensas, rigurosas y llenas de datos sorprendentes. Es de los pocos que va quedando en el oficio que sigue invitándote a pensar y no a creerte a pies juntillas cuanto diga. En esta vida es importante cuestionarnos todo, incluso lo que nos parezca evidente.

«El periodismo está para controlar al poder. Por desgracia, ahora sucede todo lo contrario»

David, dos de tus grandes pasiones son la música y el periodismo ¿una cosa te llevó a la otra o van por separado?

En primer lugar, empezó mi afición por la música. Mi madre me ha contado en alguna ocasión que, cuando era muy pequeño y sonaba música clásica en mi casa, me enfadaba mucho cuando alguien interrumpía los acordes de Chopin, Mozart o Bach. Cuando crecí, mi madre no entendió que me decantase por la música electrónica. Musicalmente salí rebelde, no sé sin o con causa.

Mi interés por el periodismo aparece cuando en septiembre del 97 un amigo me convence para realizar un programa de radio musical, llamado «Más allá de la música», en la emisora sevillana Radio Bellavista. Era de música dance y no creo que llegásemos a la docena de programas. Por aquel entonces tenía quince años, y recuerdo hablar delante del micrófono con gran soltura y sin ningún tipo de complejo. Algo que impresionó mucho a los compañeros y al director de la emisora. En ese momento, decidí hacer la carrera de periodismo. Podríamos decir que, efectivamente, existió un nexo entre la música, el misterio y el periodismo.

Amas el misterio, pero sin embargo siempre te has definido como un gran escéptico ¿no te crees nada?

Bueno, esto habría que matizarlo. Es cierto que me he declarado escéptico, el problema es que hay una carga peyorativa en ese palabra. Muchas personas, cuando escuchan que la pronuncio, se asustan y me ponen la etiqueta de negacionista. Eso es absolutamente falso.

El escepticismo no persigue la negación sino la duda. Yo no concibo enfrentarme a un enigma sin que exista un sano escepticismo por bandera y que te blinde ante la posibilidad de que aquello que estás viendo, o te están contando, no sea como crees que es. El sano escepticismo significa dudar de las cosas. El periodista debe dudar siempre de todo aquello que le cuentan y desconfiar, sobre todo, de las declaraciones demasiado oficialistas. El periodismo está para controlar al poder. Por desgracia, ahora sucede todo lo contrario.

El periodismo del misterio tiene una ventaja sobre los otros tipos de periodismo: la posibilidad de ser libre si realmente quieres serlo. No cabe duda de que también hay cierto servilismo aquí, bien para conseguir más audiencia o para caer mejor a los popes del misterio. Aunque siempre puedes tomar la determinación de ser honesto con la información que te llega y tratarla con ese escepticismo del que estamos hablando. En conclusión: soy escéptico, pero eso no significa que no me crea nada. En realidad, soy más crédulo de lo que mucha gente se cree.

David Cuevas: "También hay servilismo en este género periodístico, bien para conseguir más audiencia o para caer mejor a los popes del misterio"
David Cuevas junto al periodista Miguel Blanco.

¿No crees que ser tan honesto hoy en día significa predicar en el desierto? Vivimos una época en la que la mayor parte de la sociedad no cuestiona nada de lo cuentan los líderes de la comunicadores que idolatran…

Mira, el periodista nunca debería ser el protagonista de la noticia. No estamos para sentenciar sobre nada ni opinar. El periodista está para informar, para hacer llegar al público la información que a priori no posee. El hecho de que alguien pueda estar en contra de lo que estoy diciendo me resulta extraño, porque yo no hago otra cosa que poner sobre la mesa los datos que he averiguado mediante una investigación.

Si alguna persona no está de acuerdo sobre cómo se ha hecho dicha investigación, me parece fantástico. Pero creo que lo más práctico que puede hacer, en vez de criticar desde el sillón de su casa, es replicar la investigación. Hacerla desde cero como hemos hecho otros, y si sus resultados son diferentes, que los publiquen. De esta manera, todos ganamos.

Ningún periodista tiene que pontificar nada, de hecho, animaría a desconfiar de quién lo haga. Yo soy un hater declarado del periodismo de opinión. Es un género reconocido que está ahí, e incluso es el que más vende, pero creo que mi mayor aportación al público no es mi opinión sobre nada. Mi misión, es dar las herramientas a las personas que reciben la información para que opinen lo que quieran. Y dichas herramientas, tienen que ver con los datos que se obtienen y después se hacen públicos en un medio de comunicación.

«Para mí, aportaba un nuevo elemento de juicio para opinar con conocimiento de causa sobre el Expediente Vallecas»

David, ¿para que un periodista triunfe y llegue a lo más alto es necesario que deje muchos cadáveres por el camino?

No, eso es un barbaridad. Al periodista, el éxito se lo tienen que entregar sus lectores, espectadores u oyentes. Yo voy a mi bola desde que empecé en estos temas. La libertad que te da no pertenecer de manera directa a un grupo de presunta investigación, o a un colectivo muy concreto, es enorme a la hora de que tus informaciones no estén supeditadas a la ideología de ese grupo. Respeto a quién lo haga, es muy lícito.

En la mayoría de las ocasiones, he intentado ir por libre porque es la forma más sensata y honesta de evitar posibles prejuicios profesionales y de hacer llegar la información de la manera más objetiva posible al público. Es algo que se puede hacer en cualquier género periodístico.

¿Cuando sacaste la entrevista a dos de los protagonistas del famoso Expediente Vallecas, recibiste muchas puñaladas traperas porque contradecía la versión que había aportado un importante periodista del misterio durante muchos años?

Mira, cuando tú vas por libre, hay un aspecto muy positivo y otro muy negativo. Lo positivo, es que tienes la libertad para publicar lo que consideres oportuno si crees que aporta algo a la investigación independientemente de que sea una historia compleja e incluso descorazonadora. Yo crecí alucinando con el caso Vallecas.

Hice un cierto seguimiento entrevistando en el 2012 a uno de sus protagonistas. Me entero en mayo del 2018 de que aquello no es como nos lo habían contado, y me tiro casi cinco meses pico y pala hasta conseguir convencer a dos de los hermanos de la familia Lázaro, Maxi y Ricardo, para que hablen conmigo y me den su versión. Lo que hago en El Mundo no es publicar una investigación, sino una entrevista a estas dos personas.

En ningún momento tomo partido por nadie, publico su historia porque no era conocida. Para mí, aportaba un nuevo elemento de juicio para opinar con conocimiento de causa sobre el Expediente Vallecas. Hay personas a las que eso no les gustó. Es muy respetable que no guste mi trabajo, solo faltaría. Pero si yo dejo de publicar esa entrevista porque puede enfadar a un periodista, lo mejor que puedo hacer es devolver mi título a la facultad.

Un periodista no se debe a otros periodistas. Ni siquiera tendría que deberse ideológicamente hablando a un medio concreto, se debe a sus lectores, oyentes y televidentes.

David Cuevas: "También hay servilismo en este género periodístico, bien para conseguir más audiencia o para caer mejor a los popes del misterio"

¿Y respecto a las puñaladas por la espalda que recibiste?

Bueno, las recibí por la espalda y por el costado. Hay personas que prefieren quedar bien con cierto colectivo que aplaudir el hecho de que se dé a conocer una versión de la historia hasta entonces desconocida. Hubo de todo, también gente que me felicitó por aquello. De forma directa, recibí más halagos que críticas. Sin duda, fue un asunto que enfadó a muchos, y periodísticamente hablando, no lo entiendo.

La investigación que hicimos sobre el Expediente Vallecas, fue a posteriori de sacar la entrevista. Los resultados de la misma se hicieron públicos en dos programas especiales, de casi doce horas entre ambos, de Dimensión Límite. Ahí están todos los datos, a disposición del que quiera escucharlos.

Algunas personas, se quejaron porque Maxi nos concedió una entrevista en el 2012 y otra en el 2018 y se contradecía en ciertos puntos sobre su percepción de algunos fenómenos cuando era niño. Es cierto, pero hay cosas que él no quiso decir en la primera entrevista debido a la enfermedad del padre y hay otras cosas que no tenía demasiado claras. Lo curioso es que cuando empezamos a tirar de hemeroteca, todo un inspector jefe de policía se contradice más que nadie. Realmente, en esta historia todos se contradijeron.

«Creo que faltan cosas por saber sobre cómo se concibió Ummo»

La autopsia de Estefanía Lázaro también ha sido objeto de polémica…

Por mi parte, yo no opiné sobre la autopsia diciendo lo compungido que me sentía al leerla en mitad de la noche. La llevamos a cinco médicos forenses, uno de ellos el que le realizó la autopsia a Estefanía. No contentos con ello, también se la mostramos a un neurólogo y a una persona de la guardia civil que trabaja en el ámbito forense. En el programa de Dimensión Límite están todas las conclusiones a las que llegaron algunos de estos profesionales.

Pasemos a Ummo, cuando entrevistaste al hijo de Jordán Peña se mostró un tanto beligerante contigo e incluso llegó a provocar que la entrevista fuera insostenible en algunos momentos, ¿cómo te contuviste para no replicarle y mantener la calma?

Bueno, porque ante todo intento ser un profesional. Si tú quieres obtener más información de alguien que en momentos puntuales se convierte en un energúmeno, tienes dos opciones: o decir hasta aquí hemos llegado o intentar relajar la situación para conseguir que esa persona responda. Fue una entrevista difícil y muy intensa. Él consideraba que yo era un hater de su padre y que le coaccioné para que hablara de una serie de cosas, algo que no es en absoluto cierto y además se puede demostrar.

David, ¿sobre Ummo ya se ha dicho todo lo que había que decir?

Todo no. Creo que faltan cosas por saber. No en su vertiente pro-extraterrestre, pero si en la vertiente de la creación del fraude por mediación de personas que ayudaron a concebirlo. José Luis Jordán Peña, reconocido por él, tuvo una serie de colaboradores de los cuales solo conocemos algunos. La persona que sabe más de Ummo en España es José Juan Montejo, y si él sigue indagando para descubrir más datos, ¿quién soy yo para opinar lo contrario?

¿Hay cosas que no se saben de Ummo? Sí. ¿Son especialmente relevantes en lo que respecta a la trama? Probablemente, no.

Por último, háblanos sobre tu último libro, recién salido del horno, Toni Peret y sus herman@s en el ritmo.

Es un libro bastante extenso, de unas setecientas páginas. Cuenta la autobiografía autorizada del dj y locutor Toni Peret, junto a la historia de la música dance comercial, de la mano de una treintena de personalidades pertenecientes a dicha industria. Incluye algunos relatos relacionados con Ovnis, sueños premonitorios y algún que otro enigma similar. Está contado desde una perspectiva diferente y rellenando un hueco editorial que no existía.

Si deseáis comprar en libro, podéis hacerlo en este enlace https://appleheadteam.com/…/toni-peret-y-sus-hermans…/

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *