El culto al cuerpo es un tormento

No lo voy a cuestionar. Cuidar y embellecer nuestro cuerpo es muy importante. Mantenernos tanto tonificados como en el peso correcto según la altura y masa corporal, significa que vamos a sentirnos mucho mejor. Es evidente que un cuerpo sin michelines es más hermoso a la vista. No voy a negarlo. Lo que me molesta, es el menosprecio y la burla hacia aquellos físicos que no son estéticamente aceptables a los ojos de una sociedad cada vez más superficial.

El otro día, escuché que una famosa reportera de televisión no es capaz de escribir tres líneas sin cometer graves faltas de ortografía. Yo soy la primera que en ocasiones mete la pata tanto en ortografía como en sintaxis, pero intento mejorar cada día aunque tenga más años que el hilo negro, y sobre todo, no escribo «zenutrio» o «canjuro».

Esta reportera es muy sexi, relativamente joven y con carisma. Supongo que si usara una talla 50 y vistiera más cómoda que fashion, escribir cenutrio con Z les parecería peor a los de su empresa.

Nos movemos en un mundo donde aparentar es más importante que ser. El físico se sobrevalora, la juventud se convierte en una cualidad en lugar de ser un momento vital por el que todos pasamos. Está claro que todo nos entra principalmente por los ojos, pero después es necesario usar más de un sentido para saber si realmente nos gusta lo que vemos. Despreciar a alguien solo porque le sobran michelines o le cuelgan los mofletes, es no haber entendido de qué va la vida.

Está claro que los medios de comunicación no ayudan demasiado a fomentar el concepto de que cada quien es como es, y que lo importante es la personalidad. En la televisión, tenemos programas donde constantemente se ridiculizan a las personas por ser gordas o envejecer. De alguna manera se les insta a someterse a dolorosas operaciones y a matarse de hambre para entrar en la élite de los cool. Están emitiendo el mensaje de que si no quieres ser condenado al ostracismo social de la élite, debes someterte a su dictadura estética.

Lo importante, perdónenme, es estar saludable. No es incompatible ser fofo y estar sano. Es cierto que la obesidad favorece la aparición de ciertas enfermedades, pero tampoco hace falta convertirse en un palillo musculado para evitarlas. Además, el exceso de deporte y hacer según qué ejercicios, puede ser incluso muy perjudicial. Ciertos ejercicios pueden afectar a los músculos y articulaciones a la larga, igual que el sobrepeso. Así que, como en todo, en el término medio está la virtud.

El culto al cuerpo es un tormento

Si tu deseo es mejorar de aspecto porque estás seguro que te hará sentir mejor, adelante. Lo que me parecería terrible es que lo hicieras porque los demás te hacen sentir mal y prácticamente te lo exigen para evitar que tu físico les insulte. Adelgazar y estar musculado no te dará la felicidad, si es que es eso lo que estás pensando. Es posible que te aporte seguridad. Tu autoestima mejorará porque podrás enfundarte en aquellos vaqueros que habían sido prohibitivos para ti. Sin embargo, los problemas emocionales que te llevaron a engordar, o los que te provocaron otros porque fuiste gordo desde que saliste del útero materno…esos no los soluciona ni una dieta ni el gimnasio.

No empecemos la casa por el tejado. Primero acude al psicólogo o psiquiatra si los complejos te abruman porque te sobran unos kilos, y después visita al endocrino. Siempre mejor un endocrino que iniciar esas dietas raras que te dejan más desmayado que otra cosa. Mi médico de familia siempre me dice lo mismo: “Si quieres adelgazar, poca comida en el plato y mucha suela de zapato”. Creo que es un consejo muy sabio. ¿Y tú qué piensas? ¿Eres un adicto al deporte? ¿te acomplejan tus kilos de más? ¡Cuéntanos!

El culto al cuerpo es un tormento

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