El inexplicable crimen del jugador de bridge

Joseph Bowne Elwell no era un hombre especialmente guapo, sin embargo, consiguió seducir a las mujeres más bonitas y ricas de principios del siglo XX. Toda su fama y fortuna le vino de la mano del bridge, un juego de moda en la época que apasionaba a Bowne y consiguió perfeccionar con los años. Se convirtió en un excelente jugador, lo cual le animó a crear un club en Nueva York para dar clases a todos los amantes del bridge.

Ser un gran maestro del juego de moda le ayudó a hacer contactos en la alta sociedad. De hecho, contrajo matrimonio con una mujer rica y sofisticada llamada Helen Derby, pero no era suficiente para Bowne. Consiguió hacer una gran fortuna, y a pesar de ser un hombre casado, se convirtió en todo un conquistador al que no le importaba llevar a la cama tanto a solteras como casadas. Joseph disfrutaba de todos los placeres de la vida con entusiasmo y sin importarle las consecuencias. Pero muy pronto, para su desgracia, le cambió la suerte.

¿Quién pudo haberlo hecho?

El 11 de junio de 1920, la empleada del hogar de Joseph entró en el domicilio y lo encontró con un disparo entre ceja y ceja. Estaba sentado en una silla con una carta abierta en el regazo. Tremendamente asustada llamó a la policía, quienes no tardaron demasiado en acudir. Encontraron a Bowne con débiles signos vitales pero, lamentablemente, en cuanto llegó al hospital falleció.

Cuando los investigadores hablaron con la empleada, les dijo que al llegar al domicilio no sospechó nada puesto que la puerta esta cerrada por dentro. La cosa se complicaba. Un cadáver en una casa cerrada. No cabía duda de que o bien el asesino disponía de un juego de llaves o escapó cuando la mujer entró en la casa. No he encontrado datos de cómo era la casa de la víctima, así que no puedo hipotetizar sobre la posibilidad de que el criminal utilizase alguna ventana o balcón para salir de la casa. De todas formas sería una teoría un tanto débil, ya que no disponemos de ninguna pista sobre el género o la edad del asesino para saber si podría tener tal agilidad física.

Una de las cosas que más llamó la atención es que el asesino tuvo la sangre fría de recoger la bala que mató al jugador de bridge y colocarla sobre la mesa. Imagino que, en ese caso, el impacto fue tal que le atravesó la cabeza, a no ser que las fuentes que he leído estén equivocadas y en realidad se refieran al casquillo. Lo mataron con un revolver del cuarenta y cinco después de las 3:45 de la madrugada, hora en la que alguien vio entrar al Bowne en la casa. Es posible que su verdugo ya le estuviese esperando.

¿Cuál fue el móvil?

La policía estuvo de cuerdo desde el principio que el único objetivo del asesino era acabar con la vida del jugador de bridge. No se llevaron ni un cenicero de la casa a pesar de tener muchos objetos de valor. Posiblemente, el verdugo le obligó a sentarse en una silla, y mientras le miraba a los ojos, disparó a sangre fría. Había motivos muy personales por parte del criminal para acabar con él. Rápidamente se pensó en una de sus amantes o en el marido de cualquiera de ellas. La víctima solía entregar un juego de llaves a su amor del momento, por lo tanto, lo podían haber usado ellas o sus parejas.

Joseph Bowne Elwell
Artículos de la época hablando sobre el crimen.

Nunca se pensó en la esposa de Bowne como sospechosa porque ya en 1916 decidió separarse de él harta de sus infidelidades. Según la secretaria de la víctima, el hombre llegó a acostarse con más de cincuenta mujeres. La policía los investigó a todos, y en un momento dado se encontraron con una lista de mil sospechosos. Muy querido, lo que se dice muy querido, no era el pobre Bowne.

Después de mucho tiempo investigando, no se llegó a nada. Aunque es más que posible que la policía recibiera algunos toques para que no pisasen demasiados cayos, recordemos que se trataba de la alta sociedad neoyorquina. Era mejor que todo quedase en nada, que se diluyese con el tiempo antes de que uno de los suyos fuese tocado por el escándalo.

Un hombre confesó, pero…

En 1921, un hombre aseguró haber sido él quien asesinó al jugador de bridge. Sin embargo, tras ser interrogado por la policía fue puesto en libertad al darse cuenta de que mentía. Según parece, el hombre no se atrevía a suicidarse y no encontró otra manera de acabar con su vida que confesándose autor de un crimen. Si le hubieran creído habría sido condenado a la pena capital.

Y efectivamente, como deseaba la alta sociedad, el caso se fue enfriando. No se obtuvieron pruebas que señalasen a nadie o simplemente se dejaron en el cajón del olvido. El crimen, inspiró a muchos autores de misterio para escribir novelas o relatos. Nunca se supo quien fue el asesino ni cómo lo cometió. Todo un misterio que te retamos que resuelvas. ¿Quién asesinó al seductor jugador de bridge?

Joseph Bowne Elwell
Joseph Bowne Elwell, la víctima.

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