¿Existen las premoniciones?

Hace tiempo, escuché en un medio de comunicación el relato de una madre cuya hija había desaparecido en Perú. Contaba que una noche se despertó gritando porque había soñado que la muchacha le pedía ayuda desesperadamente. Después de aquel sueño, la chica desapareció en Cuzco y nunca más han vuelto a tener noticias suyas. ¿Podríamos considerar que aquel sueño fue una premonición?

El efecto presentimiento

Este término lo aplicó el doctor en psicología Dean Radin tras realizar una serie de experimentos en los años 90. «Recolectó» una serie de voluntarios a los cuales monitoreó y midió sus constantes vitales durante el experimento. Pidió a estas personas que mirasen atentamente las imágenes que iban a salir en una pantalla. Eran de todo tipo: hermosas, emocionantes, divertidas, violentas, tristes… Según el tipo de imágenes, los voluntarios mostraban una serie de cambios fisiológicos que eran registrados. Cuando Radin estudió estos cambios, se dio cuenta de que habían sido capaces de tener una reacción acorde con la imagen instantes antes de que saliese en la pantalla. A eso lo llamó el efecto presentimiento, porque fueron capaces de adivinar la imagen, sin saberlo, centésimas antes de verla.

Posteriormente, otros científicos hicieron diferentes investigaciones y llegaron a la conclusión de que nuestro cerebro había sufrido un cambio evolutivo, gracias al cual, podemos adivinar el futuro inmediato segundos antes de que suceda. Cosas simples como saber qué va a decir otra persona o sentir que alguien en concreto te va a llamar por teléfono y que así suceda. El típico “ahora mismo estaba pensando en ti”.

¿Y las premoniciones sobre un futuro lejano?

En 1966, el pueblo minero de Aberfan en Gales sufrió una tremenda catástrofe. El colapso de una escombrera de una mina de carbón, provocó que el pueblo se cubriese de 40.000 metros cúbicos de escombros en apenas instantes. A causa de ello murieron 144 personas, principalmente niños, ya que la escuela Pantglas Junior fue absolutamente arrasada. Una tremenda desgracia que a día de hoy se sigue recordando en Aberfan con sobrecogimiento. El caso es que, tiempo después, se supo que muchos de los habitantes de Aberfan habían tenido sueños premonitorios sobre lo que iba a suceder.

El psiquiatra John Baker acudió el día siguiente a la catástrofe a Aberfan. Descubrió que una niña, el día antes del siniestro, le contó a su madre que había soñado con su escuela. Soñó que había desaparecido y estaba cubierta por algo negro. La niña, Eryl, murió al día siguiente. Era una de las alumnas de la Pantglas Junior. También pudo saber que otro niño víctima de la tragedia, Paul, días antes había dibujado a personas cavando en una ladera y debajo escribió “the end”. Muchas otras personas se le acercaron para contarle lo que habían sentido o soñado antes de lo sucedido.

Baker, decidió publicar en un famoso periódico londinense especializado en ciencia un anuncio donde pedía que le contactasen aquellos que habían tenido una premonición sobre el desastre del pueblo minero. Como es lógico, tuvo que hacer una gran criba hasta llegar a las personas que él consideraba idóneas para que le ayudasen a investigar sobre las precogniciones que se produjeron. Eligió aquellos que habían tenido ciertos síntomas físicos y mentales antes del hecho, además de aportar datos sobre la tragedia que la prensa nunca publicó.

No era gente del pueblo, así que resultaba difícil que supieran muchas más cosas de las que habían contado los medios de comunicación. Dos de esas personas era Kathleen Middleton y Alan Hencher. Ambos, supuestamente habían tenido muchas premoniciones a lo largo de su vida. Durante años, trabajaron codo con codo junto al psiquiatra contando sus experiencias. De hecho, en ese tiempo vaticinaron otras catástrofes como un accidente ferroviario en Londres, inundaciones en Alaska o el accidente aéreo del avión que realizaba el trayecto de Bangkok a Basilea. Lo terrible de esta historia es que en 1968, tanto Alan como Kathleen, soñaron que la vida del psiquiatra se encontraba en peligro y le dijeron que tuviera cuidado. El 18 de agosto de ese mismo año Baker murió tras sufrir un derrame cerebral.

La ciencia no tiene un discurso claro sobre la posibilidad de que existan seres humanos capaces de predecir el futuro más lejano. La mayoría de psiquiatras o psicólogos dicen que es la casualidad o sugestión. Pero y tú, ¿crees en las premoniciones? ¿Alguna vez las has tenido? Estaremos encantados de escucharte.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *