Así definían a la película los espectadores a la salida del las salas cinematográficas.

Mediada la década de los 40, se estrenó “Gilda”, en España se llenaban los cines para ver la película que escandalizaba a la sociedad, pero que todos deseaban ver, cosas de la ambigüedad moral, (seguro que más de uno la vio más de una vez). Todos ardían por ver a Rita Hayworth, interpretando a la primera femme fatale del celuloide. O así se consideró en su tiempo y así se la recuerda hoy. 

¿Quién no recuerda esa imagen de la seductora, poderosa e irresistible Gilda quitándose el guante? Es una imagen que tenemos todos en la memoria, incluso quienes nunca hayan visto la película. ¿Sobre qué trata? Es una película de serie negra, pero mucha gente eso lo ignora, aunque todo el mundo conoce la película. Lo cierto es que lo mejor de la película fue la actriz, una interpretación que la convirtió en un mito femenino. Ella misma decía: “los hombres se acuestan con Gilda y se levantan con la Hayworth”.

Los bares, qué lugares… Corría el año 1948, la película «Gilda» estaba en pleno apogeo en los cines de la capital Gipuzkoana. Joaquín Aranburu era cliente habitual del bar donostiarra Casa Vallés, — regentado por los hermanos navarros Blas y Antton Vallés—, muy conocido en la zona de Reyes Católicos por su porrón de vino que solían acompañar de un platillo con aceitunas, guindillas y alguna anchoa en salazón. Productos estos que dan sed, a lo que por necesidad seguidamente había que pedir otro porrón de vino. Trucos de venta del buen hostelero, como poner una pizca de sal de más a la tortilla de patata que tanto se consume en pintxo. ¡Otra cerveza!

Txepetxa… Un inciso, a ver… en euskera suena bien ese alias, no deja de ser el nombre de un pájaro, pero como sobrenombre en castellano creo que daría para muchas bromas:  “Chochín común”; por cierto la población de esta especie está reduciéndose tanto que ya empieza a preocupar.

Corría el año 1948,  Txepetxa, que así era conocido Joaquín Aranburu, solía pinchar en un palillo los tres encurtidos, se los recuerdo: guindilla, aceituna verde y anchoa en salazón. La película «Gilda» estaba en pleno apogeo en los cines de la capital Gipuzkoana.  A sus amigos les gustaba mucho ese bocado al que empezaron a llamar Gilda.

La forma de degustarlo tenía mucha semejanza a la secuencia en la que Gilda se quita el largo guante: se coge del extremo el mondadientes entre los dedos  índice y pulgar, se lleva el triple manjar a la boca y cerrando los dientes se extrae el palillo. ¿Es o no es una evocación a ese instante de la película? Lo parece pero no lo es, Gilda se desprende del guante de la mano derecha con un enérgico tirón con la otra mano. este bocado que lo bautizaron como «Gilda», nada tiene que ver con la forma de comer que les he descrito.

¿Por qué lo llamaron así? Porque el pintxo creado por Txepetxa es salado, verde y bastante picante; fuerte, amargo y ácido como la misma Rita Hayworth, en el papel de Gilda. 

El pintxo se popularizó fuera de la capital gipuzkoana, traspasó provincias y comunidades, se crearon nuevas variantes con gambas o langostinos, pepinillo, cebolleta, aceituna negra, anchoa en salmuera y/o trozos de pimiento rojo, hasta huevo de codorniz y para diferenciarlos de la gilda original, les llamaron banderillas. Incluso se comercializan en tarros de cristal.

 Que no se me olvide advertirles que la aceituna tiene que ser sin hueso. ¿Es la hora del aperitivo? ¿No? Da igual, se me antojó una Gilda. ¿Gustan?

4 comentarios

  1. Todos los dias se aprende algo. Desconocía el motivo y origen del nombre de Gilda a ese tan salado, verde y picante pintxo…que por cierto me encanta!!y sigo a pies juntillas todo su ritual para degustarlo.

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