La mayoría de nosotros vivimos en grandes urbes y necesitamos utilizar los medios de transporte para desplazarnos. El metro, suele ser un medio muy frecuentado por su rapidez. Otra cosa son los trescientos años que a veces te toca esperar entre tren y tren, pero ese no es el tema del que hoy vamos a hablar. Normalmente, vamos a toda velocidad. No nos fijamos en nada ni en nadie. Corremos por las escaleras e incluso a veces nos chocamos con los demás sin molestarnos en pedir perdón.
Luego están los «entes» molestos que van entorpeciendo el camino de todos porque no son capaces de apartar los ojos de su móvil mientras caminan. Sin embargo, en ese lugar que parece de locos y que nunca pasa nada, en ocasiones han sucedido historias escalofriantes. O quizás no. Es posible que sólo sean historias inventadas que, tras repetirlas constantemente, creemos que sucedieron de verdad. Aquí os cuento algunas de ellas.
La estación Rocafort de Barcelona
Los que esperan a ciertas horas de la noche la llegada del tren en Rocafort, comentan que sienten una energía muy cargada y un tanto negativa. Aunque puede ser simple sugestión. No en vano, es una estación en la que hace bastante tiempo cuatro personas decidieron suicidarse en un corto espacio de tiempo. Posiblemente, en hora punta y con los vagones atestados, ni nos acordamos de las terribles historias que han podido suceder. Pero cuando cae la noche, y apena hay viajeros, la imaginación es mucho más creativa. ¿Habrá sido este el caso de algunos trabajadores de la estación de Rocafort?
Varios jefes de esta estación aseguran haber visto a personas deambular por las vías del tren desde sus pantallas de seguridad. Sucede cuando ya se han cerrado las puertas al público y echan el último vistazo para asegurarse de que ningún despistado se haya quedo dentro. Cuentan, que ven figuras que van de un lado a otro. Inmediatamente, acuden para saber quién es la persona que deambula e intentar ayudarla. Nunca encuentran a nadie. ¿Realidad? ¿Mala pasada de la imaginación? ¿Personas que se esconden y desean permanecer a pasar la noche en el metro? ¿Fantasmas?…

los túneles de Northern Line de Londres
Esta historia se remonta al año 1984. Londres, seamos sinceros, es una ciudad que se nos antoja misteriosa y un tanto siniestra cuando el manto de la noche lo cubre todo. Es posible que tanto la sombra de Jack, «el destripador» como de Whitechapel sea muy alargada y no deje de agrandarse pasen los años que pasen. Como os decía, en 1984 un trabajador del metro de Londres estaba haciendo su ronda por las vías para asegurarse de que todo estaba en orden cuando de pronto se encontró con un señor mayor que portaba una lámpara de aceite antigua. Paul, que así se llamaba el trabajador, se acercó para hablar con él pero desapareció antes de que pudiese alcanzarlo.
Cuando Paul le contó lo sucedido a sus superiores, le dijeron que era muy extraño porque no habían destinado a ningún compañero más a esa zona. Meses después, el protagonista de nuestra historia descubrió que justo en el punto donde vio al hombre había muerto en 1950 un trabajador del metro a causa de un accidente. En aquella época, todos llevaban lámparas de aceite (también llamadas tilly) para alumbrarse….

La historia más terrorífica del metro de Madrid
Cuenta la leyenda, o quién sabe si fue verdad, que una muchacha a eso de la medianoche esperaba la llegada del tren. No se especifica en qué estación de Madrid, así podéis elegir la que os parezca más siniestra. Cuando entró en el vagón se sentó en frente de tres personas. Dos hombres y una mujer, la cual estaba sentada en medio de los dos. La chica iba leyendo, pero de vez en cuando miraba hacia los otro tres pasajeros. En seguida se dio cuenta de que la mujer le miraba fijamente sin parpadear. Dicha actitud, comenzó a poner nerviosa a la joven, le incomodaba que no apartase la mirada de ella ni un solo instante.
En la siguiente parada, entró un hombre que se sentó junto a la protagonista de nuestra historia. Pasados unos minutos, se acercó a ella y le susurró: «No digas nadas, no te pongas nerviosa ni mires más a las personas de en frente. En la siguiente parada, bájate conmigo por tu seguridad.» Difícil elección: confiar en aquel hombre o seguir trayecto.
El instinto hizo que la muchacha se fiase de él y bajase en la siguiente estación. Cuando el tren se marchó con los tres misteriosos viajeros, la chica lanzó una mirada interrogante al hombre el cual le respondió: «Siento haberte asustado, soy médico y la mujer que te miraba fijamente estaba muerta. Los dos hombres la sujetaban para que no se notase». No conocemos el resto de la historia, pero si yo hubiese sido aquella muchacha me hubiera desmayado sin remedio.

La estación Tirso de Molina
Creo que el metro de Madrid es uno de los que más historias fantasmales posee junto al de Londres. Según parece, cuando se empezó a construir la estación de Tirso de Molina, allá por los años veinte, se encontraron en el suelo unos huesos que atribuyeron a los monjes del convento de la Merced, el cual estuvo allí ubicado muchos años. A las autoridades de la época les pareció que lo más normal era que aquellos huesos permanecieses allí y fuesen tapados con azulejos. Ole el respeto a los muertos. Tras terminar las obras, la estación se convirtió en uno de los lugares donde más apariciones y ruidos extraños se han producido. Incluso hay quien ha llegado a confesar haberse encontrado con un grupo de frailes encapuchados caminando por las vías. Pero ya sabéis…la sugestión hace maravillas. Y también hay mucho trolero suelto ansioso de llamar la atención.

Covent Garden y William Terriss
Antes de que se construyese la famosa estación del metro de Londres, existía una panadería de postín a la que solía acudir con frecuencia uno de los actores británicos más famoso de siglo XIX : William Terriss. El público lo amaba, lo cual también provocaba muchos celos en algunos de sus compañeros. De hecho, justo en las puertas del teatro Adelphi fue asesinado por otro actor a puñaladas. Tras construirse la estación de Covent Garden, son muchos los testimonios que aseguran haber visto a un hombre de características y vestimentas semejantes a las de Terriss paseando por la estación. Se cuenta que pasea por allí para recordar los buenos momentos que vivió en su panadería favorita de Londres.
