Jesús Bengoa desapareció el 13 de diciembre del 2021 en Vitoria. Tiene 69 años, una vida muy activa y seres queridos que lo adoran. Antes de la pandemia era mucho más activo. Incluso podía llegar a pasar tres horas en el gimnasio. Le encanta mantenerse en forma. Sin embargo, la maldición del covid le partió la vida. La inactividad, y todos los terribles sucesos que acaecieron le provocaron una fuerte ansiedad. Jesús siempre había sido un hombre muy miedoso, y el temor a contraer el virus se convirtió en una pequeña obsesión. Más allá de eso, no tenía diagnosticado ningún tipo de enfermedad importante tanto física como mental. Su familia le recuerda como un hombre deportista y encantador.
Jesús vive con su hijo Íñigo y Nieves, mujer. Su hija, Mirella, reside en Francia por motivos laborales y el 13 de diciembre Nieves se encontraba con ella porque debían resolver un tema médico. Íñigo siempre cuenta que no notó nada extraño en su padre aquel día. Se levantó, fue a hacer la compra, y cerca de la 13:30 le dijo que se iba a pasear junto a su amigo Carlos. El hijo le recordó que por la tarde tenía una cita en el centro de salud para ponerse la cuarta dosis de la vacuna del covid. Jesús le respondió que iría. Después, oscuridad y silencio. Nunca más supieron nada de él.
Salta la alarma
Íñigo comenzó a sentirse inquieto cuando a las 22:00 su padre no había vuelto a casa. Intentó comunicarse con él, pero no respondía al teléfono. Poco después, llamó a su madre y hermana para comunicarles lo que estaba sucediendo. Volvieron a casa inmediatamente. Antes, pararon en la comisaría para denunciar la desaparición de Jesús. Una vez en casa, Mirella intentó una vez más comunicarse con su padre. Es en ese momento cuando se dan cuenta que el móvil, llaves y cartera de Jesús se encuentran en casa. Concretamente en su bolsa de deportes. Aquel descubrimiento resultó un auténtico mazazo para la familia.
Comienza la búsqueda
Rápidamente, la familia llenó la ciudad de carteles con el rostro de Jesús. Junto a la policía recorrieron los lugares por los que solía pasear para encontrar alguna pista. Por cierto, su amigo Carlos, con el que acostumbraba ir a caminar, negó que el día de su desaparición hubiese quedado con él.
Más tarde se investigó el móvil de Bengoa y encontraron un dato alarmante: el mismo día de su desaparición buscó cómo bajar el río Zadorra. Tanto la policía como amigos se dirigieron a peinar la zona. No encontraron ni un solo rastro de Jesús.

Sin pistas
La última imagen que se tiene de Jesús se encuentra en las cámaras del supermercado donde fue a comprar ese día. Después todo se oscurece. Ni siquiera acudió a su cita para la cuarta dosis al centro de salud. Su desaparición es un enigma al que le faltan piezas. Sin duda, el hecho de que Jesús se marchase sin llaves ni documentación asusta mucho a la familia y les hace pensar que quizás tomó una decisión drástica. Es algo que, en realidad, no les cuadra del todo porque Bengoa estaba lleno de planes y objetivos. Además, amaba profundamente a su familia y siempre les regaló lo mejor de sí mismo.
¿Qué pasó realmente aquel 13 de diciembre?
Triun Arts habla con David, sobrino de Jesús Bengoa
Triun intenta dar un poco de luz al caso de Jesús charlando con su sobrino David. Se nota dolor en la voz, el amor hacia su tío era inmenso. Esperamos que muy pronto sepan que sucedió y puedan descansar. No conocer su paradero es una tortura diaria para todas las familias. Abajo tenéis el programa que Triun Arts dedicó a la desaparición de Jesús Bengoa.