Seguro que en más de una ocasión has oído decir que el origen de la cultura occidental está en la Grecia y Roma antiguas. Pero ¿sabías que en realidad ese origen es mucho más lejano? La influencia de Mesopotamia en la cultura de occidente es indudable. Hoy te traemos unos cuantos detalles que a lo mejor no conocías y que puede que te sorprendan. Y es que los antiguos mesopotámicos son los héroes no siempre reconocidos. Porque, como ya sabemos, en la mayoría de las ocasiones son los griegos y los romanos los que se llevan todo el mérito.
Marchando unas letras
Antes de que griegos y romanos se dedicaran a escribir sus epopeyas heroicas, sus ensayos sobre arquitectura y sus tratados filosóficos, en Mesopotamia ya se había creado un sistema de escritura.

Los sumerios, uno de los pueblos más antiguos de la historia, nos legaron la escritura cuneiforme. El sistema cuneiforme, con más de tres mil años de edad, surgió como una forma de llevar la contabilidad. Se utilizó durante milenios para expresar varios idiomas como el sumerio, el acadio o el hitita. Y el nombre le viene por los signos, que al escribirse con un cálamo resultaban en forma de cuña (del latín cuneus).
Con el tiempo esta protoescritura evolucionó. De los aproximadamente 2.000 signos que usaban los sumerios, se pasó en época acadia a usar 600. Y aunque el sistema era común, cada idioma que lo utilizaba lo fue adaptando a sus necesidades. Efectivamente, como has adivinado, los símbolos hallados en las tablillas de arcilla provenientes de la antigua Mesopotamia son los antepasados de nuestro alfabeto.
También fueron de gran importancia las bibliotecas. Destaca la del rey Asurbanipal, hallada en el palacio real de Nínive. En esta biblioteca se encontró además una tablilla con el Poema de Gilgamesh, considerada la narración más antigua de la historia. Así que la próxima vez que vayas a la biblioteca, hagas la lista de la compra, escribas una carta o mandes un WhatsApp, acuérdate de los asirios y de los sumerios. Y por supuesto de Grotefend, el lingüista alemán que descifró la escritura sin tener a mano una piedra de Rosetta.
¡Pitágoras era un copión!
Todos conocemos el famoso teorema de Pitágoras. Y no hay un consenso total entre los expertos en matemáticas, porque algunos sostienen que la trigonometría nació con los astrónomos griegos. Pero sí sabemos que hay una tablilla de época babilónica, datada hacia el año 1800 a.C., en la que se recogen los primeros rudimentos del álgebra. Así que los babilonios conocían ya el álgebra. Y en la tablilla Plimpton 322 aparecen quince ternas pitagóricas.

Para los mesopotámicos, las matemáticas eran sumamente importantes. En ellas se basaban la producción agrícola, la astronomía, la economía y la arquitectura. Los babilonios utilizaron la observación astronómica como forma de calcular el orden cósmico. Por eso redactaron tratados sobre las constelaciones, y también comenzaron a medir los meses. Además, construyeron un calendario lunar y dividieron los días en veinticuatro horas. Y desarrollaron las bases del sistema sexagesimal, que utilizamos todavía hoy. Así que cuando mires al cielo, consultes el horóscopo o cuentes con los dedos, acuérdate de los babilonios.
Ojo por ojo
Sí, algo que también viene de Mesopotamia y ha tenido gran influencia a lo largo de la historia son las primeras leyes conocidas. Y por supuesto, todos hemos oído hablar del Código de Hammurabi y de la ley del Talión. En realidad hay códigos de leyes más antiguos, como el de Urukagina, el de Ur-Nammu o el de Lipit-Ishtar. Pero el más familiar para nosotros es el del babilonio Hammurabi, todo un visionario porque promulgó sus leyes con la idea de conseguir el bien común. Y como adivinarás, también la influencia de Mesopotamia se deja sentir todavía en nuestras leyes.

La importancia de este código radica principalmente en que se conserva entero. Contrariamente a lo que podría pensarse, no se trata de un libro. Las casi trescientas leyes promulgadas por Hammurabi se grabaron en una estela de diorita de más de dos metros de altura. Actualmente, se expone en el parisino Museo del Louvre. Así que cuando veas una película de abogados o leas un texto legal, acuérdate de los mesopotámicos.
Semillas de éxito
¿Sabías que Mesopotamia es considerada la cuna de la agricultura? Este fenómeno surgió también en otras zonas, pero explica muchas cosas el hecho de que a esta área de Oriente Medio se la haya denominado siempre como Creciente Fértil. Y aun a día de hoy, la casi totalidad de ingredientes de nuestra dieta mediterránea provienen de aquellos cultivos que surgieron durante la primera revolución agrícola.

Debido a su situación entre dos ríos (de ahí viene el nombre de Mesopotamia) y a su geografía, la agricultura del Creciente Fértil era muy variada. Y debido a las cíclicas sequías e inundaciones, los mesopotámicos idearon nuevas técnicas agrícolas. Una de ellas fue el riego artificial, que llevaron a cabo primero desviando los cursos de agua y posteriormente construyendo canales y embalses, e incluso acueductos. Pero no solo eso. Los mesopotámicos ya entendían la rotación de cultivos y utilizaron el arado para mantener cultivable el suelo de las zonas más pobres. Así que cuando veas el acueducto de Segovia, aunque sea romano, o cuando te comas una lechuga, acuérdate de los arados asirios.
Rodando voy…
¿Te imaginas qué habría sido de nuestra vida sin la invención de la rueda? Basándose en los hallazgos, la mayoría de expertos están de acuerdo en que la primera rueda pudo usarse en torno al año 5500 a.C., por los sumerios. Inicialmente, se usaban ruedas para transportar objetos pesados, y los egipcios fueron los pioneros en su perfeccionamiento y en usarlos para sus carros de combate. Pero también se utilizaba la rueda en la alfarería, y posteriormente en las tareas agrícolas.

Por su parte, los asirios fueron los auténticos expertos en el uso de la rueda como complemento a sus carros de guerra. Sus precedentes fueron los sumerios y los egipcios, pero en el ejército asirio, el núcleo de su fuerza lo ostentaban estos carros tirados por hasta cuatro caballos. Otro tanto más para la influencia de Mesopotamia en el mundo occidental. Así que cuando montes en tu bicicleta, o cuando pienses en los caballos de potencia que tiene tu coche, acuérdate de los guerreros asirios.
La piedra hecha arte

Por último, ¿qué decir de los artistas del antiguo Oriente Medio? En Mesopotamia se crearon obras maestras en forma de estatuas y relieves que representaban a dioses y héroes. Y también zigurats, templos, y suntuosos palacios, cuyos muros, revestidos de coloridos ladrillos vidriados, resplandecían bajo el sol del desierto Arábigo.
La entrada a estos palacios sin duda debía de sobrecoger a los visitantes. Sus puertas solían estar flanqueadas por lammasu, un ser híbrido alado, con cuerpo de toro y cabeza de hombre, que surgió principalmente en Asiria como elemento protector y por supuesto como símbolo del poder de los monarcas. Y tampoco podemos olvidarnos de los relieves narrativos asirios, auténticos cómics que narran en la piedra, sobre todo, escenas de guerra. Así que cuando veas, bien en un museo o bien en un edificio, una escultura de un hombre barbudo y con falda, acuérdate de que los asirios lo esculpieron antes.
Entonces, ¿qué han hecho los mesopotámicos por nosotros?
Seguimos teniendo influencia de Mesopotamia en la escritura, las matemáticas, las leyes, el arte… Si aún te sigues preguntando qué influencia tuvo la cultura mesopotámica en nosotros, seguro que ya tienes la respuesta: más o menos como los romanos, pero un poco antes…