La locura de Bela Lugosi

Bela Lugosi nació el mes de octubre de 1882 en la actual Rumanía. Concretamente en Lugoj, una ciudad que entonces pertenecía al Imperio austrohúngaro. Su padre trabajaba en un banco, y pudo mantener con cierta holgura a la familia hasta que murió cuando Bela apenas contaba con doce años. Desde ese instante, el actor comenzó a trabajar en oficios tan duros como el de minero, peón o ferroviario. Al crecer, la situación económica familiar mejoró y pudo invertir en su formación como actor.

El talento artístico de Lugosi se hizo notar rápidamente, y con tan solo veinte años era ya un actor reconocido en su país. Actuó en los grandes clásicos de Shakespeare, Tolstói… Lugosi, también era considerado todo un galán y un gran mujeriego capaz de conquistar a la mujer que desease. Tenía fama de ser muy profesional en su trabajo, así que nunca le faltaron buenas ofertas. De hecho, comenzó a intervenir en algunas películas mudas húngaras.

Cuando estalló la I Guerra Mundial, Bela no dudó en alistarse para luchar en ella. A su vuelta del campo de batalla, comenzó otra guerra dentro del mundo de la política y derechos laborales de los actores. Era un hombre de izquierdas, y peleó para que sus compañeros no fuesen explotados y recibiesen un sueldo digno. Incluso llegó a fundar el sindicato de actores.

La locura de Bela Lugosi

Éxito en Broadway

Lugosi no tuvo más remedio que exiliarse de su país por presiones políticas, y en 1919 dio el salto a Alemania. Allí también enamoró al público, en esta ocasión, interpretando adaptaciones al teatro de las novelas del escritor germano Karl May. Lamentablemente, el nazismo ya se empezaba a respirar en el ambiente. Bela comprendió que se avecinaban tiempos muy oscuros en Europa y decidió emigrar a los Estados Unidos, directores como Michael Curtiz ya se habían fijado en su talento.

En 1927, le ofrecieron interpretar «Drácula» en el teatro. Su interpretación fue todo un éxito en Broadway, lo que propició que después iniciase una extensa gira por todo el país. Su interpretación vampírica hizo correr ríos de tinta en los que se ensalzaba su soberbio, y a la vez inquietante, trabajo. Nadie quería perdérselo.

Cuando se puso sobre la mesa de la Universal llevar al cine la novela de «Drácula», la primera opción fue Lon Chaney. Sin embargo, el actor ya se encontraba bastante enfermo. Entonces, todas las miradas se dirigieron a Bela. Era perfecto porque conocía al dedillo el papel y además el público le admiraba. En 1931, se estrenó la película convirtiéndose en uno de los grandes éxitos del cine. Bela Lugosi ya era una estrella.

La locura de Bela Lugosi
Image by © Bettmann/CORBIS

Un caramelo envenenado

El actor consiguió fama y dinero interpretando al famoso vampiro, pero también le encasilló. Llegaron a ofrecerle el papel de «Frankenstein», pero lo rechazó porque no consideró que estuviese a su altura. Trabajó en bastantes películas en la década de los treinta, pero ningún título es realmente destacable.

A partir de los años cuarenta, la salud de Bela comenzó a resentirse a causa de su adicción a la morfina. Poco a poco se fue sintiendo olvidado por Hollywood, y también se daba cuenta de que solo le ofrecían películas de escaso valor artístico. Drácula le perseguía a cada paso profesional que daba. En 1948, sería la última vez que interpretase al mítico personaje en la película «Abbott y Costello, contra Frankenstein«… ya os podéis imaginar el percal.

El peor director de la historia

En los años cincuenta, aparece en la vida de Bela Ed Wood. Un director con mucho entusiasmo y escaso talento, enamorado de la figura de Lugosi. Trabajó en sus horribles películas porque era el único que se interesaba en él. El actor ya se encontraba en unas condiciones físicas nefastas a causa de su adicción. La historia de ambos queda espléndidamente reflejada en la película «Ed Wood» ( 1994, Burton). Martin Landau consiguió el Oscar interpretando a Lugosi en la recta final de su vida. Landau realizó un trabajo elegante que, sin duda, Bela hubiera amado y agradecido.

La locura de Bela Lugosi
«Ed Wood» ( 1994, Burton)

Bela Lugosi falleció en 1956, víctima de un ataque al corazón. Dicen que en sus últimos años de vida estaba convencido de que era realmente «Drácula», incluso su hijo deseó que fuese enterrado con la capa del mítico vampiro que interpretó tantas veces. A su entierro no acudieron demasiadas estrellas de la época, solo Boris Karloff, con el que le unió una cordial amistad y respeto mutuo.

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