Anna Maria Pierangeli nació en Cerdeña en el año 1932 junto a su hermana gemela María Luisa. Ambas llegarían a ser famosas actrices, una conocida como Pier Angeli y la otra como Marisa Pavan.
Pier Angeli pertenecía a una familia acomodada, y tuvo una infancia tranquila hasta que estalló la II Guerra Mundial. Desde muy jovencita comenzó a sentir interés por la interpretación, y con tan solo 17 años hizo su primera película junto al grandísimo Vittorio de Sica: “Mañana será tarde” (1949, Moguy) . Tuvo excelentes críticas, y Hollywood no tardó en llamarla. En aquellos años, las italianas bellas y talentosas eran muy requeridas por la industria cinematográfica americana. Comenzó fuerte, y en 1951 protagonizaría la fantástica “Teresa” dirigida por Zinnemann. Después vendrían títulos tan interesantes como “Tres amores” (1953,Minnelli) y “Marcado por el odio” (1956, Wise).

En 1954 comenzó un romance con una de las figuras más carismáticas de Hollywood: James Dean. Su amor era apasionado, y pronto decidieron casarse. Sin embargo, no pudieron cumplir su deseo. La mamma de Pier Angeli no estaba nada feliz con aquel noviazgo. James le parecía antipático, no soportaba su forma de ser, y tampoco le gustaba que no fuese católico. La actriz contaba con 22 años por aquel entonces, y tenía muy arraigadas sus costumbres sardas, así que finalmente cedió a las presiones de la mamma y abandonó a James. Aquello les dejó devastados.
Ese mismo año, la italiana contrajo matrimonio con un hombre elegido por su madre. Se trataba del showman italiano Vic Damone. Cuenta la leyenda, que James Dean permaneció sentado en su moto frente a la puerta de la iglesia, y que hizo sonar los motores con fiereza cuando salieron los recién casados. Aquella unión duró solo 4 años, de él nacería su hijo Perry.

En 1955, James Dean dejaba este mundo tras sufrir un terrible accidente. Algo se murió también dentro de la bella Pier Angeli. Desde ese momento tuvo episodios de profunda tristeza de los cuales le era difícil salir. La inestabilidad emocional se estableció en su vida para no marcharse nunca más.
En los años 60 volvió a Europa, donde protagonizó películas como “Amargo Silencio” (1960, Green) o “La batalla de las Ardenas” (1965, Annakin). En 1962 volvió a casarse, esta vez con el músico italiano Armando Trovajoli. Con él tuvo otro hijo, Howard, pero no la estabilidad que necesitaba. Se divorciaron en 1969.
Después vinieron años muy oscuros para la actriz. Comenzó a tener problemas económicos, y la idea de envejecer le obsesionaba. Su última aportación cinematográfica sería el film “Octaman” (1971, Essex), una porquería de supuesto terror con un un pulpo medio humano como protagonista estelar. Ese mismo año, la frágil Pier Angeli no lo pudo soportar más y se quitó la vida con barbitúricos en su casa de California. Cuenta otra leyenda, que la bella italiana dejó una nota donde confesaba que su único y verdadero amor fue siempre James Dean.
Nunca sabremos si su vida hubiera sido mejor sin las presiones de la mamma para abandonar a Dean. Lo que está claro, es que las personas necesitamos equivocarnos para no estar el resto de nuestras vidas con una duda que nos atormente.
