Plot Point, un oasis en Madrid

Fotografías: Chema Pombo

Plot Point, un proyecto prometedor

La Sala Artespacio Plot Point es un lugar encantador, lleno de magia y amor por el teatro. Lo descubrí por pura casualidad, siguiendo el trabajo del actor argentino Juan Martín Gravina. Fui a ver la obra “Cuestiones con Ernesto Che Guevara”, y me quedé prendada tanto trabajo de los actores, como del lugar. No sé como explicaros, pero Plot Point te hace sentir que estás en casa. Un hogar lleno de palabras que te hacen pensar. Lleno de sonrisas, mate, cava y talento.

La actriz Marina Skell y el dramaturgo, y director, Carlos de Matteis, son los fundadores de Plot Point. Benditos fundadores, que atendieron amablemente a micinexin.net, y nos permitieron realizar la entrevista sobre un escenario. Un regalo que guardaré para siempre en mi cofre imaginario de momentos estelares.

El nacimiento de un gran proyecto

¿Cómo nace el proyecto de Plot Point?

Marina – En el 2001 dejamos Argentina para venir a España con nuestros cuatro hijos. La intención primera no era trabajar de lo nuestro, con cuatro chicos las prioridades eran otras. Veníamos a un país donde nadie nos conocía, ni tampoco nosotros conocíamos el medio, y decidimos ir despacio. Afortunadamente apareció la oportunidad de trabajar de lo nuestro, y junto a otra persona montamos la primera escuela de teatro que duró un año. Después, junto a un chico español, montamos Plot Point, que empezó siendo escuela solamente. Más tarde apareció este local, que nos dió la oportunidad de hacer todo lo que estamos ofreciendo en este momento.

¿La compañía apareció después?

Marina – Sí, la idea de tener la sala fortaleció mucho la idea de montar espectáculos, crear la compañía y mantenerla.

Decidme ¿qué significa Plot Point?

Carlos – Plot Point es una palabra de la dramaturgia, que viene del mundo sajón, como la mayoría. Tiene que ver con el momento en el que empieza a pasar algo en una trama. Nos pareció una buena profecía, ya que en nuestra sala empiezan a pasar cosas en la vida de las personas.

Ideología feminista

He visto vuestra página, y sobre todo tenéis cursos de teatro enfocados a la mujer…

C- No es así, puede apuntarse cualquiera. Lo que sucede es que nosotros tenemos una orientación ideológica feminista. Creemos que en cualquier instancia, donde podamos hacer que lo perciban los demás, es positivo. Puede ser que haya gente que lo rechace, porque utilizamos términos que la Real Academia no, pero no pasa nada.

Es decir, que para referiros a las personas en general usáis el femenino.

M- Claro, son tantos siglos en los que se viene usando el masculino…¿por qué no el femenino?

¿Los cursos están destinados tanto a gente que se quiera dedicar a la interpretación, como al que los utilice de válvula de escape?

C- Lo que uno aprende para poder conducir un coche, lo puede utilizar tanto para manejar un turismo como un Fórmula1. La técnica es lo que importa. Después, la dedicación que tú emplees en ello, hará que marque la diferencia. Con esto te quiero decir, que todo el que quiera venir aquí aprende una técnica que después usa como cree conveniente. Hay algunos que se quieren dedicar profesionalmente a esto y lo van logrando, es más, nuestra compañía se nutre de ex alumnos en un porcentaje alto. Luego están los que vienen porque ven los cursos como un modo de crecimiento personal o una diversión.

La elección de obras Plot Point

¿Qué criterios utilizáis a la hora de elegir una obra para representar? ¿Buscáis remover conciencias además de entretener?

M- En lo personal, creo que subirse a un escenario implica decir algo que deje poso, no solo entretener. Hay un compromiso y una responsabilidad. La elección de los materiales van surgiendo. Por ejemplo, la del Che Guevara la trajimos de Argentina, donde ya se había estrenado. En un principio no parecía que fuese a interesar algo sobre el Che, porque era una época de bonanza donde todos estábamos muy bien, y se quedó en un cajón. Cuando surgió lo del 15-M, quizás un poco antes, pensamos que era el momento de hacer la obra, y así fue como la pusimos en pie. En general tenemos obras muy variadas en Plot Poin.

 

¿Estudiáis propuestas de autores desconocidos que vengan y os ofrezcan su material?

C- Sí, aunque no nos han venido demasiadas cosas de esa manera estamos abiertos a ello. También vienen otras compañías que realizan sus proyectos aquí. Es algo que nos satisface mucho.

¿La compañía también sale fuera de Madrid?

M- Sí, hemos hecho bolos. Es cierto que el tener una sala, hace viable que podamos mostrar nuestros proyectos, cosas que no pueden hacer otras compañías. Recuerdo que antes de estrenar la obra de “Mi madre, Serrat, y yo”, dirigí dos espectáculos con dos alumnas de la escuela que cantaban muy bien. Creamos un formato estilo café- teatro. No era un texto dramático como tal, sino situaciones, sketches, poemas, canciones…funcionó y estuvimos siete años girando por España. Después surgió este local, además de venir la crisis, y fue muy complicado seguir.

Marina Skell, una gran actriz

Marina, tú das saltos gigantescos interpretativos porque haces personajes muy diferentes en diversas obras ¿no es un gran desgaste?

Sí, pero no lo vivo así. Lo disfruto muchísimo, y cuando bajo del escenario a compartir mate o cava con los espectadores, no siento agotamiento sino de euforia. Tener la oportunidad de subirme al escenario tres veces por semana me hace muy feliz.

¿Haces diferentes tipos de concentración para cada personaje?

No, como trabajo previo no tengo nada. Suelo llegar un par de horas antes de la función, y en el camerino empiezo a tomar contacto con mis objetos…pero no es un trabajo como tal. No necesito meterme en una burbuja antes de salir al escenario. Además, el trabajo que propone Carlos en la dirección es muy del aquí y ahora. Si te viene llorar lo haces, pero si no es así no ocurre nada.

En Plot Point, cuando finalizan las obras suele haber un acercamiento y coloquio entre público y actores ¿cómo surgió esta idea?

M-  En Argentina vimos un espectáculo llamado “Pájaros en el aire”, donde te daban una copa de cava antes de empezar la función, y nos pareció estupendo. Lo empezamos a hacer con la obra de Serrat. Después, por la dinámica de la sala, se cambió a dar la copa al final. Descubrimos que era fantástico tanto para nosotros como para el público, que lo agradece mucho. En el caso de la obra del Che ofrecemos mate cocido, que nos parece más apropiado.

Plot Point, también teatro para niños

Vosotros también hacéis teatro para niños ¿es más complicado que el de adultos?

C- Sí, los niños son un espectadores muy sinceros. No tienen por qué ser políticamente correctos, si algo les interesa se entregan, y si no, están a otra cosa. Hemos empezado un espectáculo que se llama “Baby Rock”. Es una obra que no tiene música ñoña, sino rock, y sin cosas buenistas. De hecho, la obra empieza con la muerte de la abuela. Lo contamos todo como lo hemos hecho con nuestros hijos, que sepan que la única certeza que tenemos es la muerte. Lo demás va y viene. Hay muchos temas, es un texto muy currado y con música original.

Contadnos, ¿qué propuestas tenéis para la recién estrenada temporada?

C- Estoy trabajando en tres proyectos. Un nuevo espectáculo infantil que saldrá a lo largo de la nueva temporada, otro que se titula “Thelma y Luis” ( sería el cierre de la trilogía de  “Mi madre, Serrat y yo”, “Mi padre, Sabina y yo”), y también estoy con un texto que habla sobre las mujeres que rodearon a Shakespeare.

Carlos y Marina además de tratarnos con mucho cariño, tuvieron la amabilidad de regalarnos un libro escrito por ellos, “Historias y recetas de la familia De Matteis”. Un dulce, un pedazo de su corazón que resulta encantador. Solo han sacado 300, y los venden a muy bajo precio. Su deseo es que se cree una cadena de favores, el que puede comprarlo tan barato, debe agradecer el gesto ayudando a alguien. ¡Mi misión es ayudar por partida doble! Gracias amigos de Plot Point, nos vemos por los escenarios.

 

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