Capítulo 1
No puedo negar que siempre me he sentido atraída por el detective victoriano Sherlock Holmes. Me entusiasma su manera de deducir , ese extraño temperamento que le acompaña, y tantas debilidades que intenta ocultar con un exasperante cinismo. Lo misterioso y difícil siempre atrae.
En los últimos años, me acompañaba una angustia y tristeza que no era capaz de dominar. Para espantar de mi cabeza los negros nubarrones, que me hacían sentir tanto temerosa como desdichada, me volqué en la lectura de los casos de Sherlock Holmes. Hacía mucho tiempo que los había leído, y apenas los recordaba. Creo que me emocioné más que la primera vez. Quizás porque necesita una ilusión a la que agarrarme en aquellos años de oscuridad.

Versiones de Sherlock Holmes
De la emoción, di un salto a la pasión en pocos días. Entonces, me enfrasqué en la busca y captura de todas las versiones cinematográficas y seriales del personaje. Basil Rathbone, Peter Cushing, Christopher Plummer, Raymond Massey, Ian McKellen, John Barrymore… y Jeremy Brett.
También he visto interpretaciones horribles del personaje, que mejor no nombro porque me ponen de bastante mal humor. Bueno, el caso es que Sherlock comenzó a convertirse en mi tabla de salvación. Después de un día gris y anodino, le buscaba desesperadamente para que me salvase de caer en un profundo abismo, del que no estaba segura que pudiese salir.
Un día, en el que sentí que me podía precipitar de un instante a otro, se me ocurrió una magnífica idea. Decidí convertirme en un personaje victoriano, atravesar la barrera del tiempo e ir en busca de Sherlock Holmes. No tenía nada que perder, quizás mucho que ganar…y únicamente necesitaba utilizar mi mente para tan quimérico viaje. Solo era cuestión de desearlo ardientemente, concentrarse y hacerlo. Hacerlo sin miedo y en secreto…

Personaje de ficción astuto y rápido
Creo que saltando unos ciento y pico años