San Antonio Abad de El Toboso: la catedral de La Mancha

Foto portada: RTVE.es

En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre sí quiero acordarme, se erige una de las iglesias más bella de la zona. La torre que se alza fuerte y orgullosa poco antes de entrar al pueblo, nos anuncia que nos encontramos ante la parroquia de San Antonio Abad de El Toboso. Templo en el que rezó Dulcinea, y ante el cual Don Quijote espetó: «Con la iglesia hemos dado, Sancho».

Hace pocos días, tuve la suerte de hacer un viaje relámpago a la localidad de El Toboso. Solo me dio tiempo a visitar dos enclaves: la iglesia de San Antonio, conocida como la catedral de La Mancha, y el Museo Cervantino.

San Antonio Abad, se empezó a construir en 1525 para sustituir a otra parroquia ya existente en 1511, de la cual, se conserva un sillar con la fecha de 1503. El estilo arquitectónico que presenta es el gótico-mudéjar, con toques renacentistas y barrocos. La Orden de Santiago estuvo siempre muy presente en esta iglesia, por ello podemos ver la Cruz de Santiago esculpida en la entrada, dibujada en alguna vidriera e incluso en varios estandartes dentro del templo. De hecho, en la parte alta del altar mayor, se encuentra la talla de Santiago Matamoros con la espada en ristre.

San Antonio Abad de El Toboso: la catedral de La Mancha

La iglesia posee varias capillas, entre las que se encuentran la de los Morales de Nieva, la de los Dolores y la del Rosario. De entre todas las imágenes que vi, me llamó especialmente la atención una Virgen del Pilar morenita. Era delicada, y apetecía contemplarla durante largos minutos escudriñándola bien para absorber cada detalle.

Otra de las cosas que llamo poderosamente mi atención, fue una pequeña réplica de la Cruz de Lampedusa. La real, está construida con los restos de los cayucos que, repletos de inmigrantes, naufragan en las costas de la isla italiana de Lampedusa. Pesa sesenta kilos y tiene una altura de unos dos metros. La de El Toboso cabe en una mano.

San Antonio Abad de El Toboso: la catedral de La Mancha

Mi experiencia en la catedral de La Mancha

Cuando llegamos a la iglesia, nos abrió la puerta una señora encantadora llamada Trinidad. Iba caminando despacito con su andador, pero sin perder la sonrisa ni un segundo. Un auténtico encanto de persona. En cuanto entré, sentí una atmósfera de paz y buena energía que me inundó durante toda la visita. No soy católica practicante, pero amo los templos sagrados antiguos. Si prestas un poco de atención, puedes captar una gran cantidad de sensaciones e incluso imaginar historias que pudieron suceder allí.

No me corté en hacer fotos, eso sí, sin flash y guardando el consabido respeto al lugar. Algunos turistas, en ocasiones, se olvidan de guardar recato en la casa que muchos consideran de Dios. Creo, que mejor que contaros más cosas, os dejo con las imágenes que pude inmortalizar. Estoy enamorada de ellas, espero que os gusten tanto como a mí.

San Antonio Abad de El Toboso: la catedral de La Mancha

La vidriera de abajo me pareció bellísima, también es cierto que siento debilidad por la Cruz de Santiago.

San Antonio Abad de El Toboso: la catedral de La Mancha

El altar mayor, ¿no os parece majestuoso?

San Antonio Abad de El Toboso: la catedral de La Mancha

La entrada principal: San Antonio Abad y la Cruz de Santiago

San Antonio Abad de El Toboso: la catedral de La Mancha

Y para terminar…

De camino a casa, decidimos parar en Mota del Cuervo. Allí puedes encontrar una interesante tienda llena de productos de la zona y también cestas de mimbre o souvenirs. El local se llama La Despensa Moteña. Abajo, os dejo la imagen del saqueo que hicimos a la despensa…previo pago, que no queden dudas.

San Antonio Abad de El Toboso: la catedral de La Mancha

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