¡Hay que tener mucha mala leche para incluir esta peli en el Top 10 de Netflix!, decía una de mis amigas durante su recorrido en el autobús hacia la escuela, cuando observaba su celular para escoger el audiovisual que vería cuando concluyeran sus clases cotidianas.
Unos días después vi la mencionada cinta y, la verdad, para hacer más malo el guion y el humor del material cinematográfico en cuestión, habría que esforzarse mucho. Pero, ¿a partir de qué factores se obtiene el Top 10 de las compañías televisivas de entretenimiento?
El Top 10, como asevera la propia página web de la empresa, son listas semanales, mundiales y por país, de los títulos más populares en Netflix. Directivos y personal en general, han declarado que han recibido muchísimos comentarios negativos sobre sus métricas.
La solución fue que cada martes se actualizarían los listados, y se ordenarían “a partir del número de horas de visionado de títulos originales y no originales entre el lunes y el domingo de la semana anterior”.
Los gustos son variados, así como las características peculiares de cada espectador. Por lo que es tan difícil acertar qué es lo más popular del cine que consumimos mediante las pantallas de nuestros teléfonos, tabletas, televisores u ordenador.
A lo anterior se suman los algoritmos complejos del mundo virtual, los cuales cambian según las actualizaciones de las propias aplicaciones y navegadores. Así como las estrategias de marketing y promoción para destacar cierta película o serie, que obtenga numerosas visualizaciones y así se ubique dentro del Top 10.
Netflix, previendo este tipo de inconvenientes, ha dado un paso más allá al contratar a una empresa auditora independiente para que revise sus métricas y tendencias. Recordemos que existe una verdadera preocupación por parte de la famosa plataforma de entretenimiento por la fidelidad del público al que responde y las mejoras en la experiencia del usuario.
Una cuestión que aún no ha alcanzado el consenso entre público y empresa es que se tenga en cuenta solo la visualización de una película o una serie hasta el final para que esta se encuentre en el Top 10.
Los empleados insisten en que “si alguien se pierde el final de un episodio de una serie de diez horas (porque su bebé se ha puesto a llorar o lo que sea), o si ve varias veces una misma escena y no la película entera, esos visionados deberían verse reflejados en la popularidad del título”.
Mientras que los usuarios aclaran que en ocasiones se observa un material audiovisual por la publicidad que se le ha dado. Pero no lo concluyen porque no coincide con sus gustos o expectativas de entretenimiento.
Queda mucho por avanzar en este sentido, en qué es popular o no del cine moderno y de otros tiempos. Netflix es actualmente un ejemplo a seguir y, aunque gastemos algo más de tiempo en escoger, es vital que en un solo lugar podamos encontrar tanta cinematografía.
