Walter Matthau, afortunado en el amor y desafortunado en el juego

Walter Matthau nació el mes de octubre de 1920 en Nueva York. Sus padres eran rusos-lituanos, y la pobreza siempre fue su compañera de viaje. Cuando Walter contaba con tres añitos, el padre tuvo un ataque de cobardía y decidió abandonar a la familia. Su marcha les dejó en una situación muy precaria, y el actor comenzó a trabajar desde muy pequeño. En una ocasión, la madre pudo enviarle a un campamento para niños judíos. Aquello resultó todo un golpe de suerte para Walter, ya que fue allí donde descubrió que le encantaba crear espectáculos y entretener a los demás. 

Lamentablemente, llegó la II Guerra Mundial y Matthaus se enroló en el ejército. Fue operador de radio, y en algunas de las misiones coincidió con James Steward. Cuando volvió la paz, decidió dedicarse plenamente a la interpretación. Tras formarse en una escuela de arte dramático, inició su andadura profesional en 1948. Sus comienzos fueron en el teatro, lugar donde se movía como pez en el agua. Rápidamente consiguió un gran prestigio sobre las tablas, y su talento fue reconocido con un Tony en 1962.

Walter Matthau

No se estrenó en el cine hasta 1955 con “El hombre de Kentucky”, de la mano de Burt Lancaster. Comenzó haciendo papeles de villano debido a su belleza alternativa. En 1965, la carrera de Matthau dio un vuelco. El dramaturgo Neil Simon lo eligió para ser uno de los protagonistas de su obra “La extraña pareja”. El actor había hecho muy poca comedia, y para él fue todo un reto. Descubrió que interpretar el personaje de Oscar Madison le resultaba tanto divertido como excitante. En cada representación daba al personaje un tinte distinto, lo cual le ayudó a conocerse mucho mejor como actor y adquirir seguridad en su talento.

Interpretó el mismo personaje junto a Jack Lemmon en “La extraña pareja”, de Gene Sacks. Dos años antes ya había trabajado con Jack Lemmon en la maravillosa “En bandeja de plata”, dirigida por Billy Wilder. Su interpretación fue tan espléndida, que a nadie le extrañó que consiguiese el Oscar como mejor actor secundario. Por cierto, Wilder ya quiso trabajar mucho antes con Matthaus. Le propuso para interpretar junto a Marilyn Monroe “La tentación vive arriba”, pero la Century-Fox no quiso darle un papel tan importante.

Walter Matthau comenzó una etapa fructífera en su carrera donde hizo mucha comedia, pero también podía enfrentarse al drama o a la acción sin despeinarse. En Hollywood se le catalogaba como actor cómico, algo que le molestaba mucho porque consideraba que ya había demostrado con creces que podía hacer cualquier género. Incluso el musical. Recordemos “Hello, Dolly” ( 1969, Kelly) junto a Barbra Streisand, a la cual no podía ver ni en pintura.

Walter Matthau y Jack Lemmon.

En los 80 y 90, el actor continuó trabajando sin descanso. Aunque poco a poco fue interpretando personajes de menor peso. Su última gran actuación fue en “Piratas” (1985, Polanski), interpretando al Capitán Thomas Bartholomew Red.

A lo largo de su carrera, intentó probar suerte con otras facetas profesionales. Dirigió una sola película, “Gangster story” en 1959, y también solía reescribir algunas secuencias para adaptarlas a su talento. En alguna ocasión le ofrecieron aparecer en los títulos de crédito como uno de los guionistas, pero nunca le interesó hacerlo. También se lanzó a la producción de películas junto a su hijo Charlie. Sin embargo, nunca consiguió obtener demasiado éxito.

En cuanto a su vida personal, Walter se casó en dos ocasiones: con Grace Johnson en 1948 y con Carol Marcus en 1959. Con esta última permaneció hasta que les separó la muerte de Walter en el año 2000.

No fue protagonista de grandes escándalos, pero sí se sabe que era ludópata y que llegó a perder a los largo de su vida cerca de 5 millones de dólares. Cuando la ruina le achechaba, solía pedir una participación en la taquilla de sus películas para recuperarse. Tenía una salud reguleras, ya que fumaba unos tres paquetes de tabaco al día y además le encantaba comer hasta quedar empachado. Murió en julio del año 2000, satisfecho de cómo había vivido y disfrutado de la vida. Curiosamente, su mejor pareja artística y amigo Jack Lemmon murió un año después. Tres días antes del aniversario de Matthau.

Walter Matthau.

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