Cuando en Roma actúa Gabriele Lavia, siempre trato de no perdermelo. Asi he hecho la noche pasada, cuando en el Teatro Quirino fui a ver la función dirigida e interpretada por él, “ El hombre de la flor en la boca” de Luigi Pirandello.
El Quirino y Pirandello
Antes de nada hablemos del Teatro Quirino. Es uno de los mas antiguos de Roma, y fue construido en 1871 por orden del Prince Maffeo Scirra sobre sus propriedades, tras la zona de la Fontana de Trevi en el corazon de Roma. Fue edificado en muy poco tiempo, porque era todo de madera, se representaban espectaculos de titeres y zarzuelas.
Fue renovado dos veces: en 1882 y en 1898. Tras la segunda reforma se empezaron a representar espectáculos de ópera y ballet. Los más exitosos actores italianos del siglo XX han pisado este escenario: Eduardo De Filippo, Vittorio Gassman, Paola Borboni, Carmelo Bene, Giorgio Albertazzi (recién fallecido), etc…
Hoy en dia sigue con una cartelera de prosa de alto nivel, y es uno de los mejores teatros de la ciudad.
El grandísimo Lavia
Gabriele Lavia en Italia no necesita presentaciones. Actor de lo mas destacados, ha trabajado en el también en el cine, pero sus mayores éxitos han sido en el teatro. ¡¡Es una verdadera estrella de nuestros escenarios!!
Nació en Milán en 1942,y se licenciò en la Academia Nacional de Arte Dramático de Roma.
El éxito le llega con la televisión en 1975, con la serie “Marco Visconti” que tubo un éxito rotundo. Desde entonces ha trabajado con los más grandes directores italianos
Ha rodado unas cuantas peliculas, pero sin duda es el teatro el espacio donde es encuentra mas a gusto y donde ha dado lo mejor de sí mismo.
¡A mí me encanta! Con su habilidad técnica, con el fuego de su recitación que quema todo el patio de butacas, siempre consigue emocionarme como pocos saben hacer. La otra noche no ha sido una excepción, con su actuación en uno de los más destacados cuentos de Luigi Pirandello, cuya lectura os aconsejo (no es ni demasiado largo ni dificil).
Pirandello, que no necesita presentaciones tampoco en España (Nobel de literatura en 1934) está como en casa en el Teatro Quirino, porque aquì ya se han estrenaron dos obras suyas: “Todo por lo mejor” (1920) y “Vestir al desnudo” (1922).
La función transcurre en la sala de espera de una estación de tren, en vez de en un cafè como imaginò Pirandello. Està reconstruida de manera muy sugerente, con un decorado lleno de luces y de sombras preciosas, y con un gran reloj en el centro, sin agujas, (el tiempo no existe en esta novela). Relata el encuentro ,al azar, entre dos hombres. El primero se queda alli sin motivo aparente (Lavia, el hombre de la flor en la boca), el otro porque ha perdido el tren (el hombre pacifico).
Entre los dos surge un dialogo, un intercambio de ideas, de reflexiones sobre el destino del hombre. El sentido de la vita y de la muerte, la relación con las mujeres, vistas como un mal necesario por el hombre, el cual no se puede evitar a pesar de todos sus defectos.
Al final de este intercambio, el protagonista revela al otro su secreto: tiene un cáncer en la boca (epitelioma) que lo sentencia a morir. Y exactamente, de esta condena, surge su desesperado intento de seguir viviendo a traves la vida de los demas. Sus líos, sus pequeñas preocupaciones, sus frustraciones, en una estación de tren que es el lugar por excelencia donde no se pueden construir relaciones humanas, solo encuentrarse de manera fugaz.
Es Pirandello en toda su esencia, en esta ora y media de función. Con un gran Gabriele Lavia, siempre a su altura, siempre con una gran ironía, también en las frases mas amargas. Siempre con una presencia en el escenario y una técnica que llegan a las entrañas, y hacen que no se pueda permanecer indiferente frente a todo lo que pasa ante nuestros ojos