El pasado 1 de noviembre, en el municipio de San Martín Texmelucan en el estado mexicano de Puebla, los padres de la pequeña Neri Sánchez de siete años de edad denunciaron haberla perdido entre el tumulto de gente durante el tradicional desfile de las catrinas. Una vez que la policía inició las pesquisas para averiguar el paradero de la pequeña, descubrieron graves inconsistencias en las declaraciones de los progenitores que les llevó a sospechar de ellos.
Yari, la madre de Neri, denunció la desaparición de su hija el mismo día 1 por la noche vía Whatsapp. Cuando la policía quiso ponerse en contacto ella, las llamadas eran desviadas al buzón de voz. Algo realmente extraño cuando estás deseando que la policía te contacte para que comiencen a buscar a tu hija.
Finalmente, consiguen hablar con Yari quién les relata lo sucedido. Al parecer, la mujer acudió al desfile con la pequeña Neri y con dos de su hijos de 14 y 11 años. Neri iba vestida, siempre según la declaración de la madre, con un traje de Anakin y una máscara de calavera de color rojo. En un momento dado, Yari perdió de vista a la niña y ya no consiguió encontrarla. La policía, inmediatamente comenzó a buscar a Neri y activó la alerta Amber. No encontraron rastro alguno.
Cuando la policía accedió a las cámaras de seguridad que había en la zona donde pasaron las catrinas, se dieron cuenta de que en ningún momento aparece Yari con su pequeña. Es más, en una de las grabaciones, se observa cómo la mujer carga con un muñeco, de un tamaño aproximado al de Neri, vestido como Anakin. Muñeco que posteriormente la madre abandona en un contenedor. ¿Intentaba hacer cree que había ido con su hija pequeña al desfile con semejante estúpida treta?
Cambio de declaraciones
Cuando la policía descubre que Neri nunca fue al desfile, cita nuevamente a los padres, Yari y Ulises, para enfrentarlos a los hechos. Inesperadamente, ambos cambian su declaración y dicen que en realidad perdieron a la niña en el propio domicilio. Es en ese momento, cuando se pide una orden de registro. Los agentes, descubren las condiciones pésimas en las que vive toda la familia. La casa estaba llena de basura y solo había unas camas como único mobiliario.
Convivían con una gran cantidad de perros y de gatos que se encontraban en estado de desnutrición. Lo mismo que los tres hijos de la pareja. Algo que llamó la atención a los agentes, es que no existía cocina ni utensilio alguno para hacer comidas. El olor a heces, los insectos y la acumulación de objetos viejos, horrorizó a quienes registraron el domicilio. Inmediatamente, se decidió que tanto los niños como los animales pasasen a ser tutelados por los servicios sociales y valorar su salud física y mental.
El altar a la Santa Muerte
La pista más clara con la que se encontró la policía en el domicilio de Neri fue un altar dedicado a la Santa Muerte con ofrendas y una nota a modo de plegaria en el que le pedían ayuda para «salir del problema por lo que habían hecho». Inmediatamente , aquello despertó las sospechas de los investigadores. Decidieron volver a interrogar tanto a los padres como a los niños por separado, y es en ese momento cuando los hijos confiesan a la policía que no ven a su hermana desde hace tres meses y desconocían qué había podido suceder con ella. Yari y Ulises terminaron confirmando la declaración de sus hijos.
Sin embargo, a pesar de terminar admitiendo que Neri no estaba en el domicilio familiar desde hacía tres meses, los padres de la niña no dijeron absolutamente nada sobre lo que habían hecho con la criatura. Ambos han sido imputados por la desaparición de su hija, y las investigaciones continúan para descubrir qué ocurrió con Neri.
La historia de la pequeña Neri
Cuando Yari dio a luz a Neri, decidió que no la iba a criar ella sino su madre. Con pocos días de vida, la pequeña fue entregada a su abuela materna, y allí permaneció hasta los seis años, momento en el que sus padres deciden llevársela a vivir con ellos, donde estuvo durante un año hasta su desaparición.
Una de las líneas de investigación que sigue la policía es la trata de personas. Se sospecha que es posible que se llevaran a vivir con ellos a su hija con la intención de venderla en cuanto tuvieran la ocasión. Sin duda, el hecho de haber encontrado el altar a la Santa Muerte unido al comportamiento sospechoso de los padres al desaparecer su hija en el desfile, no hace más que señalarlos como posibles culpables del destino de la pequeña Neri.