Foto portada: Desenfunda.com

El Imperio Bizantino utilizó entre los siglos VII y XIII una de las armas de guerra más mortíferas de la época: el fuego marino, romano o griego. Era conocido de las tres maneras, pero se hizo más común el término de fuego griego, que era el que utilizaban los cruzados.

La fórmula del terrible fuego fue un secreto durante siglos. Resultaba increíble que las llamas pudieran expandirse de manera tan rápida y cuando intentaban extinguirlas con agua se avivasen más. ¿Acaso era obra del demonio tal arma terrorífica?

Como he comentado antes, la composición del fuego ha sido un secreto durante siglos. En realidad, aún lo es porque su fórmula genuina no la conocemos, solo nos movemos entre suposiciones. Los bizantinos tuvieron tanto cuidado en que permaneciese en secreto, que incluso los que se encargaban de construir el arma no tenía contacto alguno con en el exterior.

¿Cuál era la mezcla?

Parece claro que la mezcla era líquida, y que incluía nafta, azufre y puede que incluso amoniaco. Se cree que la nafta y el azufre es lo que actuaría como combustible. Por otro lado, el nitrato aportaría el oxígeno suficiente para que ardiese.

Se cree que el inventor del fuego griego fue el ingeniero militar sirio Callínico, el cual, huyó de su tierra natal a Constantinopla cuando los musulmanes llegaron a Siria. El fuego griego se usó por primera vez por los bizantinos en 678 d.C. Según parece, dicha arma era tan apreciada en Bizancio que el emperador Romanos II (que reinó de 959-963 d.C.) dijo en una ocasión que existían tres cosas que jamás debían caer en manos del enemigo: los ropajes imperiales bizantinos, las princesas y el fuego griego. Solo cumplió lo último.

Foto: worldhistory.org

Según el historiador bizantino del siglo VI Teófanes, la efectividad del fuego era terrorífica, creando auténtico pánico entre los enemigos. Cualquier cosa que entraba en contacto con él se prendía de inmediato, las llamas se propagaban a una velocidad de vértigo y parecían inextinguibles. Toda una pesadilla.

Gracias al fuego griego…

Para los bizantinos fue la salvación que Callínico decidiera revelarles su secreto, porque gracias al mortífero fuego consiguieron salvan Constantinopla de los musulmanes, cuya flota era el doble que la suya.

El fuego griego también ayudó que en 988-9 d.C. Basilio II lo uniera con su ejército vikingo para formar la también mortífera Guardia varega,. Gracias a la combinación de ambos elementos consiguió aplastar por completo la rebelión del usurpador Bardas Focas, militar bizantino que participó en tres revueltas ocurridas durante el gobierno de la Dinastía macedónica.

Durante siglos fue la estrella de todos los conflictos bélicos, hasta que a partir de la cuarta cruzada (1202-1204 d.C.) se dejó de hablara en las crónicas del temido fuego griego. No se sabe muy bien la razón de ello. ¿Encontrarían la manera de combatirlo quizás?

Granadas de fuego griego. Foto: worldhistory.org

Fuentes: www.worldhistory.org/trans/es/1-16532/fuego-griego/

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