Fotografías: cortesía Dr. Pertierra.

El doctor Miguel Ángel Pertierra, se preparó como cada día para ir a trabajar a su consulta de otorrinolaringología en el Hospital Universitario Regional de Málaga, conocido por su antigua denominación como Hospital Carlos Haya. Estaba especialmente contento porque al día siguiente empezaban sus vacaciones. Subió a la moto esbozando una media sonrisa y comenzó el trayecto. Era el año 2007, un año crucial para el doctor porque su vida iba a dar un giro de cientochenta grados . Minutos después llegó al hospital, pero no cómo médico sino como paciente. Había sufrido un tremendo accidente de tráfico. Sus propios compañeros, con los que tomaba café y bromeaba a diario, le atendieron para salvarle la vida.

En aquellos momentos terribles, Miguel Ángel Pertierra vivió una de la experiencias más increíbles que un ser humano puede tener. Salió de su cuerpo, vio las maniobras de los médicos para sacarle adelante y visitó el famoso túnel del que muchos hablan cuando están al borde de la muerte. Pero esta experiencia nos la contará él mismo en la entrevista, espero que la disfrutéis.

«Yo mismo me encontré con un caso de sanación en el hospital donde trabajaba»

Miguel Ángel, ¿comenzaste a escribir sobre milagros después de tu experiencia cercana a la muerte o ya te rondaba antes por la cabeza?

Ambas cosas han venido al unísono, pero cada una en su momento. Cuando era niño recuerdo haber escuchado hablar de las curaciones milagrosas de Fray Leopoldo de Alpandeire. Mi abuela tenía un calendario con imágenes de él y solía hablar sobre sus milagros. Cuando te metes en el mundo sanitario y en concreto en el de las curaciones, te das cuenta de que lejos de ser un mito es algo que le sucede a muchas personas con enfermedades graves. Personas que se curan de forma continua y rápida sin que la medicina pueda explicarlo.

Empecé a visitar lugares llamados de poder o sanación, y también me interesé por aquellos que dicen poder curar a los demás. Aunque muchos de ellos lo que parecen querer, desgraciadamente, es sacarles el dinero. Tristemente, hay enfermos de gravedad que terminan agarrándose a un clavo ardiendo y nunca falta quien se aproveche de ello. A pesar de que existe mucho vendedor de humo, te das cuenta de que dentro de este maremágnum también hay una realidad.

Yo mismo me encontré con un caso de sanación en el hospital donde trabajaba. Se trataba de un hombre con un tumor en el cuello al que conocí realizando una traqueotomía en el postoperatorio. Se le volvió a hacer una biopsia y el tumor había desaparecido completamente. Algo había sucedido. Casos cómo este ocurren en todo el mundo, no tiene nada que ver con la cultura, ideología o religión.

Volviendo al caso de tu paciente, recuerdo haber leído que incluso él mismo te llegó a decir que sabía que se iba a curar del todo…

Sí, tras la traqueotomía me dijo que estaba absolutamente convencido de que se curaría. Esto no significa que, lamentablemente, toda persona que quiera curarse lo consiga. En una ocasión, recuerdo haber hablado con el director de constatación médica de Lourdes sobre las características que tenían aquellas personas que vivían una sanación. Me dijo que una de ellas era tener la convicción absoluta y brutal de que se iban a curar. Mi paciente tenía esa convicción. No creo que fuese el único factor que ayudase a su completa recuperación, pero sin duda le ayudó muchísimo.

¿Qué te comentaban tus colegas sobre la curación de ese paciente?

Lo primero que se piensa es que ha podido suceder un error de diagnóstico. Así que decidí ir a anatomía patológica para ver la biopsia. Recuerdo al patólogo con unos microscopios mirando la biopsia antes de la operación y el tumor era clarísimo. Cuando le enseñas las muestras quirúrgicas tras la operación, te das cuenta de que ahí ya no hay nada. ¿Qué ha ocurrido? Sea por la fuerza mental de este hombre, o por algo que sin duda aún desconocemos, ocurren estas curaciones inexplicadas pero nunca inexplicables. Estas remisiones espontáneas pueden suceder. Si acudes a la bibliografía te encontrarás con muchas, de hecho, cada vez hay más casos.

Doctor Pertierra-micinexin.net

«No podemos negar las curaciones milagrosas porque existen y además están constatadas en lugares como Lourdes»

Desgraciadamente, creo que estamos más predispuestos a creer en lo malo que nos puede suceder que en lo extraordinario. Nos es más fácil aceptar que nos enfermamos porque vivimos situaciones muy negativas que al contrario, ¿crees que es posible que las curaciones espontáneas se produzcan porque la mente humana es más poderosa de lo que pensamos?

Nadie se pregunta por qué al estar estresado le sale un herpes labial o sea más susceptible de tener un catarro o una úlcera. Sin embargo, al revés sí. Si tu sistema inmunitario se reduce al estar con una ansiedad muy alta, lo normal es que se potencie cuando tienes pensamientos positivos porque aumentará la dopamina y la serotonina. Claro, si todo fuese tan simple, toda persona que tiene una enfermedad grave se curaría sólo con tener una mente positiva y desgraciadamente no es así. Muchos de ellos posiblemente la han tenido, y eso es lo que les ha ayudado a vivir durante más tiempo y con cierta calidad de vida. Tiene que haber algo, que algunos achacan a la religión y otros a la causalidad, que desconozcamos, posiblemente interno en nuestro cuerpo, que hace posible esa remisión espontánea.

El otro día, escuché que el director de patentes en Estados Unidos entre los años 1899 y 1900 le dijo a un señor que no patentase nada más porque ya estaba todo inventado. A veces somos tan prepotentes que pensamos que lo sabemos todo. Ahora ha llegado una pandemia y nos ha dado una guantada. Por eso en medicina hay que ser humilde. No podemos negar las curaciones milagrosas porque existen y además están constatadas en lugares como Lourdes. Quitando la parte religiosa, tengo informes escritos donde se refleja cuál es la enfermedad, incluso pruebas complementarias, y no tengo ninguna duda razonable de que esa persona después se ha curado. ¿Hay algo más que ayude a que se produzcan esas sanaciones? Probablemente. ¿Dónde está? No lo sé.

Lourdes
Santuario de Lourdes, lugar de peregrinación durante todo el año, Fotografía de AP / CHRISTOPHE ENA

Presuponiendo que nuestra mente sea más poderosa de lo que se cree, ¿piensas que es posible entrenarla para que alcance un poder determinado?

Que la mente es más poderosa de lo que creemos, eso es seguro. Te voy a contar un caso del que no suelo hablar porque es muy cercano a mí. A mi madre le detectaron en el año 93 un tumor en el hígado, con una esperanza de vida de tres meses. Justamente en once meses, iban a suceder dos eventos muy importantes para ella: el nacimiento de mi hijo y la comunión de una sobrina.

Todo apuntaba a que fallecería antes de poder disfrutar de aquellos eventos, sin embargo, llegó a vivir de cuatro a cinco meses más con una buena calidad de vida. Incluso fue a la comunión por su propio pie. Los médicos estaban sorprendidos. Tuvo muchos ingresos hospitalarios y estuvo en ese precipicio que te lleva a la muerte, o a otro lugar, pero lograba volver. Con lo cual, la fuerza de tu mente también aumenta tu fortaleza para enfrentarte a la enfermedad y sus consecuencias.

En cuanto a si se puede entrenar a la mente, pienso que sí. Es cierto que en la vida existe un ruido de fondo que nos impide centrarnos en lo realmente importante. Muchas veces, el bosque impide ver el prado. Esos pensamientos constantes de dar vueltas y vueltas a las cosas, hace que se gaste mucha energía. Si todos tuviéramos la fuerza de voluntad de entrenar nuestra mente, se potenciaría ella y todas nuestras capacidades. No veo por qué no se va poder entrenar también para fortalecer nuestro sistema inmunitario. Se puede lograr, pero estamos imbuidos en un mundo en el que hay mucho elemento disuasorio que nos complica el poder focalizar hacia un punto determinado.

«Sentí cómo si de repente se abriese un velcro para que pudiese salir de mi cuerpo»

Miguel Ángel, ¿tus colegas te apoyan o te hacen el vacío cuando hablas de estos temas?

He dado charlas en colegios médicos y también en lugares fuera de ese ámbito donde han venido muchos sanitarios a escucharme. Mentes retrógradas y cerradas existen en todos los campos. Siempre habrá quién te diga que no hay milagros. Realmente yo nunca digo milagros, pero si te digo remisiones espontáneas me tienes que decir que sí existen. Cuando hablo de este tema, además de mi experiencia, me gusta basarme en una bibliografía. Ahora estoy investigando un caso en el que lo tengo todo: lo que te cuenta la persona, pruebas de imagen, la prueba de anatomía patológica, los informes médicos, y sin duda es una remisión espontánea.

¿Crees que el mundo de los sueños lúcidos podría ser una buena herramienta para entrenar y conocer mejor nuestra mente?

El mundo de los sueños es aún muy desconocido para nosotros. Si nos vamos a la antigua Grecia, en el santuario de Asclepio en Epidauro se realizaba la incubatio. La persona dormía, soñaba con su posible curación y se lo contaba a los sanadores. Muchas veces, el que sabe lo que le sucede al cuerpo es uno mismo.

En el mundo onírico se suelen eliminar esas cortapisas que nos frenan en la sociedad. Se ha demostrado que durante los sueños se han conseguido cosas tan importantes como la tabla periódica de los elementos, la matemática cartesiana o la fórmula del benceno. Mientras dormimos, nuestra actividad cerebral es mucho mayor, con lo cual, al poder librarnos de esos bloqueos es posible de que seamos capaces de resolver ciertos problemas. Todavía es necesario avanzar más para conocer en profundidad qué sucede en nuestra mente, y cuando consigamos esto, conoceremos más sobre los sueños.

Hablemos ahora de ti. En el año 2007 sufriste un grave accidente, y mientras los médicos te reanimaban tuviste una experiencia cercana a la muerte. Pasado el gran susto, y ya siendo un poco más consciente de lo que habías vivido, ¿qué explicación te diste a ti mismo sobre aquella experiencia?

Tuve un cuadro sincopal, y sentí cómo si de repente se abriese un velcro para que pudiese salir de mi cuerpo. Me incorporé de cabeza a pies, y desde arriba vi reaccionar a todos mis compañeros sobre mí. Cuando pasa el tiempo, ya tomas consciencia tanto del accidente como de lo que has experimentado, y constatas personas que han entrado y salido cuando tú estabas inconsciente. Me quedé como el título del libro de Brobrow, «El médico perplejo». Nueve meses después, tras darle muchas vueltas, hablar con el personal que me atendió y ver mi historial médico, fue cuando me atreví a contárselo a alguien. Intentas ser lo más pragmático posible y darle una explicación científica, pero cuando te ves desprovisto de cualquier investigación científica, lo necesitas contar.

«Cuando llegué a ese lugar vi una neblina, entre azul y naranja, y sentí un gran bienestar. Siempre digo que si el paraíso existe, sin duda, estaba allí»

¿Necesitaste ayuda psicológica para poder asimilarlo?

Sí, también por el accidente en sí porque no aceptaba el haberlo tenido. El psiquiatra me ayudó en el proceso, aunque mi experiencia cercana a la muerte no me atreví a contársela hasta que tuvimos más confianza. Me dijo que todavía hay cosas de la neurología que son un misterio, y que lo que me había sucedido era una realidad que por tanto aún desconocemos. En medicina, cuando hay una evidencia se trata de explicarla ya sea ahora o dentro de cien años.

Miguel Ángel, al contar tu relato defines las sensaciones que tuviste como agradables, ¿en ningún momento apareció el miedo?

No, no tuve nada de miedo desde que me despegué del cuerpo hasta que me elevé y entré en el túnel. Cuando llegué a ese lugar vi una neblina, entre azul y naranja, y sentí un gran bienestar. Siempre digo que si el paraíso existe, sin duda, estaba allí. En ese momento en el que el dolor tenía que estar aflorando debido a mis lesiones por el accidente, yo sentía paz y bienestar. Es una sensación que tienen un gran porcentaje de las personas que viven esta situación. Si tantas personas contamos lo mismo, habrá que descubrir la razón de ello.

Y por último, ¿crees que tras la pandemia nos hemos convertido en una sociedad mejor?

Desgraciadamente no. Creo que en muchos casos ha aumentado el egoísmo, la ambición, y el malestar de la gente. Bien es cierto que tampoco ha sido todo malo. Hay quién ha cambiado de manera positiva y está deseando ayudar a los demás. Ven la vida de otra forma. Se ha sacado lo bueno y lo malo del ser humano. Han salido los héroes, y también los egoístas que eran capaces de arrasar un supermercado y pelearse por un rollo de papel higiénico. Posiblemente se haya agudizado tanto lo bueno como lo malo.

Libros del Doctor Pertierra.

2 comentarios

  1. Gracias por otra entrevista muy interesante! Es buenísimo que intentemos normalizar éstas experiencias. A mí, personalmente me asusta un poco pensar en qué me puedo encontrar en una situación así. Pero seguramente, es por lo que bien explica el Doctor, tenemos bloqueado nuestro cerebro para según qué cosas.
    Siempre un placer leerte.

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